Elisabeth Porrero

Elisabeth Porrero


Atrozmente poético

20/03/2024

El crítico de cine José Luis Vázquez definió el final de la película The night and the city (Jules Dassin, 1950) como atrozmente poético. Me pareció una definición maravillosa de esta obra, además creo que se comprende perfectamente. Sus estupendos actores protagonistas son Richard Widmark y la bellísima Gene Tierney.
La RAE define el adjetivo poético como: «Perteneciente o relativo a la poesía» y también «que manifiesta o expresa en alto grado las cualidades propias de la poesía, en especial las de la lírica». Recordemos que el género lírico comprende las obras en poesía o prosa en las que se recogen las emociones, pensamientos y sentimientos del autor.
Por eso podemos decir que algo que no sea un poema puede también resultar 'poético' o como en el caso de The night and the city que su final es 'atrozmente poético'.
Lo mismo podríamos opinar, sin lugar a dudas, de la exposición que, actualmente, nos ofrece el Thyssen de Madrid sobre la obra de la pintora Isabel Quintanilla, en la que quedan perfectamente retratados objetos cotidianos, mostrando al espectador toda su, a veces inesperada poesía. No pude evitar que al visitarla me viniera a la cabeza esa preciosa definición de José Luis con la que abro este artículo.
Es posible que personas a las que no les guste la poesía perciban, contemplando alguna obra de arte o disfrutando de alguna exposición o partido de un deporte que les guste, algo parecido a estos sentimientos y que pudieran catalogar de 'poético' alguno de esos espectáculos que estén viviendo.
La realidad que nos muestra Quintanilla en sus deslumbrantes obras desprende una magia absoluta que puede percibirse en el retrato de un simple bote del baño, por ejemplo. A menudo tendemos a subestimar o incluso a despreciar el encanto de las cosas mínimas y cotidianas precisamente por eso, porque las tenemos tan incorporadas a nuestras rutinas que prácticamente nos parecen invisibles. Lo que consigue esta pintora es que estos objetos simples, al ser retratados, se transformen en poesía. Ese es el grandísimo poder de su arte, en particular y de todo el arte en general.
Igual sucede con los paisajes naturales, estamos acostumbrados a ver árboles o ríos y es habitual que solo nos parezcan espectaculares si forman parte de algún entorno famoso o muy espectacular en su conjunto, pero no sabemos apreciarlos en entornos pequeños. No solemos dar valor a un árbol que se encuentra en cualquier acera, por ejemplo.
También, a menudo, adjetivamos algo que nos ha gustado simplemente como 'bonito' o 'muy bonito' y aunque nos haya causado efectos más profundos, no transmitimos esta emoción porque no utilizamos otros adjetivos que nos ayudarían mejor a definir lo que sentimos.
Seguro que si permanecemos más atentos podremos experimentar cómo algo que estamos viendo o disfrutando es 'atrozmente poético'.