Elisabeth Porrero

Elisabeth Porrero


‘Perfect days’ limpiando baños

07/02/2024

Es cierto que, según la época de la vida en la que nos encontremos, una película o un libro pueden atraernos o no. Para conectar con los mensajes que nos quieran transmitir deben encontrarnos en un momento afín a ese mensaje. Quizás eso suceda con la película Perfect days del alemán Wim Wenders, recientemente estrenada. 
En ella descubrimos el día a día de un hombre cuyo trabajo consiste en limpiar baños públicos. He oído que se trata de una película lenta y lo es, puesto que no hay acción ni misterios que resolver ni tiene un ritmo rápido. La pretensión de Wenders ha sido enviarnos un precioso mensaje acerca de la belleza cotidiana, basado en la tranquilidad y la contemplación. Un mensaje sobre la importancia de todas las cosas hermosas que podemos encontrar diariamente.
De una manera muy inteligente se derriban varios estereotipos, uno de ellos sobre la denigración de determinados trabajos. En este caso, Hirayama, magistralmente interpretado por Koji Yakusho, es una persona feliz que sabe muy bien cómo gestionar su tiempo de trabajo y sus horas libres, un hombre que valora el hecho de tener un trabajo: limpiar baños y que lo realiza con su mejor intención. 
Una de las escenas más hermosas se produce cuando, al salir de casa para ir al trabajo, Hirayama mira al cielo y sonríe. Con ese bellísimo gesto de agradecimiento, él comienza cada día su jornada laboral.
Se homenajea, además, a esas aficiones que tanto bienestar nos provocan como son la música, la lectura o la fotografía. Sin duda alguna, el practicarlas habitualmente serena nuestras almas. Además, no se usa como entretenimiento ni el móvil ni el ordenador, resaltando, en todo momento, el encuentro con nosotros mismos.
Otro de los estereotipos que se derriban versa sobre la soledad. Se ha querido mostrar a una persona que, viviendo sola, sabe muy bien dónde está en cada momento y cómo debe organizarse a lo largo de cada día. Se aprecia también como esta persona despierta, incluso, algún tipo de envidia o admiración por su modo sencillo de vida y por sus gustos.
Me ha parecido una lección muy hermosa, en estos tiempos de estrés y rapidez que nos apremian, donde, por ejemplo, muchas veces, nos saltamos la pausa del trabajo para poder hacer más y más cosas en ese rato. El consejo de Wenders es que nos dediquemos, diariamente, algún rato a nosotros mismos, que encontremos esos instantes para admirar las cosas pequeñas pero hermosas que nos pueden proporcionar desconexión y paz. 
Los acontecimientos felices 'grandes' suceden pocas veces en la vida por eso Perfect days nos conduce a la felicidad de lo pequeño, de la rutina. Puede suceder que cuando esa rutina se termine, la alegría también lo haga.
El protagonista, diseñado como una persona discreta y sencilla, es un tipo que sabe ganarse a la gente, pese a ser muy callado, por la delicadeza y el respeto que destila su forma de ser.
Su director, el afamado Wim Wenders, realizó estudios además de cine, de fotografía, medicina y filosofía y ha querido, con esta obra, recetarnos una preciosa dosis diaria de la tan necesaria paz interior.