Elisabeth Porrero

Elisabeth Porrero


La normalización del insulto

24/05/2023

No es la primera vez que en un campo de fútbol se han escuchado insultos xenófobos hacia un jugador. Eso es lo triste, que ha sucedido muchas más veces y de nuevo, se repite. Los ataques verbales a Vinicius  Jr. han dado la vuelta al mundo por tratarse de un jugador de fútbol de Primera división pero, en ámbitos menos famosos, estos acontecimientos siguen teniendo lugar. 
A pesar de que vivamos en el siglo XXI el racismo sigue, tristemente, existiendo y así me lo confirman, además, personas  que lo han sufrido en sus propias carnes solo porque su piel tiene otra tonalidad aunque hayan nacido en España.
El jugador madridista acabó expulsado del partido porque respondió de algún modo a los insultos. No debería haberlo hecho en pro de los valores que debe transmitir el deporte, por supuesto. Pensemos, de todos modos, lo mal que debió sentirse escuchando un insulto en coro, que supone también una ofensa a sus raíces y al lugar de donde viene.
Los hechos se están investigando y ya se ha localizado a alguna de las personas que le increparon. No son conscientes del pésimo ejemplo que dan a la afición y a ese gran número de niños y niñas que siguen los partidos de Primera división. El deporte debe transmitir, por ser un ejercicio en este caso además colectivo, respeto y compañerismo. Por supuesto que se debe animar al equipo al que siga, con consignas positivas para infundir fuerza y aliento y eso, desde luego, hay que hacerlo sin increpar al contrario ni al jugador de nuestro propio equipo que no nos gusta. 
No se puede normalizar el insulto ni la agresión verbal en ningún espectáculo. Se comete con ello un daño gratuito tanto a la persona ofendida como a quien está siguiendo el evento que sea, porque se le hace llegar un mensaje de que todo vale que puede calar si se  convierte en rutina. 
Actualmente, en la campaña electoral que está teniendo lugar estos días en nuestro país, hay partidos que están utilizando la burla y la ofensa para intentar conseguir votos. Aunque eso, tristemente también, ha pasado otras veces, parecía que no debía volver a suceder y no ha sido así. También se puede hacer campaña mostrando a las personas por las que se apuesta con mensajes constructivos y en positivo, simplemente, que es de lo que se trata. 
Este contacto tan habitual con el insulto tiene el peligro de 'asalvajar' a la ciudadanía y ensuciar tantísimas acciones de igualdad, inclusión y respeto que, en los últimos años, se intentan llevar a cabo en muchos sectores de la sociedad española. Bastante daño hay ya hecho en el mundo para añadir más de una forma tan absurda.