La expresión 'pies de barro' alude a la extrema debilidad de algún artificio construido, donde los cimientos –o fundamentos y fundaciones, para algunos francófilos– parecen estar mal realizados o, escasamente acordados y resueltos. Por ello, 'con pies de barro' se utiliza para señalar la vulnerabilidad y fragilidad de algo o alguien, a pesar de tener una apariencia fuerte y sólida. Y, por lo proclamado por el Gobierno municipal y por la oposición, ese parece ser el caso de la muy central plaza de Cervantes: un lugar con pies de barro que viene padeciendo desde 2013 problemas de diversa naturaleza que, enunciados, no han sido capaces de atajar.
El actual Gobierno de coalición PP-Vox, siembra la alarma social, al advertir de los problemas del subsuelo de tan central lugar y fijar que 'la plaza de Cervantes se hunde'. Alegato que pone en circulación al conocerse la sentencia del TSJ de Castilla-La Mancha, condenado al Consistorio y a la empresa concesionaria del servicio de aguas, a indemnizar a los propietarios del inmueble número 5, declarado en ruina por la anterior corporación –PSOE y Cs–. Corporación que acometió unas denominadas «obras integrales de reforma» entre 2015 y 2016, con la finalidad de solventar problemas derivados de la rotura de colectores de saneamiento. Y que, a lo visto, no han sido solucionados pese a los anuncios verificados entonces.
Y ahora –tras las lluvias de la pasada DANA– la portavoz socialista y alcaldesa desde 2015 a 2023, Pilar Zamora, se apoya en el informe de Geovol, que sostiene que el substrato geológico de la zona centro –y de otros enclaves– está formado por un maar o formación hidrogeológica, con las consecuencias derivadas de ello. Y de ello, de esa disposición, se pueden extraer diferentes conclusiones. Desde la más primaria, del error fundacional del rey Alfonso X que ignoró tal extremo –pese a ser sabio, aunque ignorara los maleficios del subsuelo– al trazar la envolvente del recinto fundacional. Hasta la más evidente de que durante años se ha construido –incluso se han levantado incomprensiblemente las piezas más elevadas de la ciudad con beneplácito municipal y con intereses cruzados y conocidos– con aparente normalidad y sin fallos estructurales proclamados. Por lo que la sensación comunicada –lo han manifestado miembros de Geovol, después del fuego cruzado municipal– debería ser de normalidad controlable y razonada. En evitación de que los pies de barro que cita el Libro de Daniel en el epígrafe 2:26 –mejor que hubiera sido pies de plomo, anotando cautela y sosiego– tomen lugar preferente en nuestras vidas.