Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


Un país sin arreglo posible

07/03/2024

Los últimos acontecimientos acaecidos en España, cuyo último capítulo es el de un chorizo, mejor morcón por el tamaño, aupado irregularmente a puestos y tareas de responsabilidad y alta disponibilidad y manejo económico, un tal Koldo, al que se unen otros cacos -¡perdón, casos!- de alta responsabilidad y, sobre todo, de ser altamente nocivos para la democracia, situación idílica que llevamos queriendo conquistar para España, más años ya que el régimen de Franco.

Y es que, perdóneseme, en un país donde de antiguo el Pícaro, el Chori, el Rata… y demás personajes, ficticios o reales, que han dado para llenar miles, cientos de miles, millones de páginas, de innumerables autores, estilos y temas, es campo abonado y más, para que las generaciones en que ya se escribe y se lee menos, las generaciones de hoy, se llenen de gentes con cierta predisponibilidad a emplear su tiempo, siempre pagado por el pueblo, ¡pobre pueblo!, y demás dones que les adjudicó el repartidor cósmico de capacidades. Y ahí, o aquí, los tenemos, a todos, procurando que sus reiteradas fechorías, de todo tipo, calibre y condición, no sean nunca descubiertas, y si lo fuesen, al menos que el juez o jueza de turno, ande de buen humor y mejor talante, de modo y manera que el día en que decida redactar la sentencia, no se la hagan huéspedes los dedos y el rastro que dejen sobre el teclado, primero, y luego sobre el papel de barba, o similar, le despache con un correctivo suave, asequible, como ha ocurrido tantas veces, y con plaza en una cárcel lo más llevadera, y de escaso riesgo sodomizador, o sodomizante, posible. 

Y en esas estamos, en estas fechas post carnavaleras, que no en estos fachas posfranquistas, en las que por si éramos pocos, a la abuela no se le ocurre otra cosa que parir y dejarnos la cosa más revuelta. Andábamos, semanas atrás, con el asunto de amnistía sí o no como mejor método para sacar el separatismo catalán, incluido el terrorismo catalán, de las cárceles, donde deberían estar no menos de 40-50 años, y mejor método aún para que Pedrolo Sánchez, gracias a los votos catalanes, pueda mantenerse en el poder. Pero saltó hace escasos días, al cuello del PSOE, un tema. El tema Koldo, que ha pillado al rojerío ibérico a contrapié, está demostrándose como un chanchullo delictivo de primera -mascarillas, compras, ventas, comisiones, etc, etc.,- que puede terminar tragándose, como Moby Dick, al capitán Akhab de turno, personificado en el presidente Pedrolo, y ello por culpa del otrora poderoso ministro Ábalos, que ha abierto la puerta, sin querer, a los que le van a seguir, y que ya han empezado a ver rodar sus cabezas. Resulta curioso constatar, y sufrir, cómo la golfería se carga más a la izquierda, sin que ello quiera decir que el liberalismo hispano esté libre de sospecha. Hoy, o dentro de seis meses o dos años. Lázaro de Tormes, y el ciego, eran ibéricos, como el jamón. Lo que pasa es que, como en todo, hay jamones peores y mejores.