José Luis Loarce

Con Permiso

José Luis Loarce


Tener a Gala

30/05/2023

Llovía y los chistes fáciles. Mojarse por. Riada de votos. El agua que falta y la ola que se los lleva. Tsunami contra el sectarismo y las malas compañías, contra borrar delitos a cambio de poder y contra los reflejos autocráticos y... Y la otra barca de Caronte que se nos lleva a Antonio Gala. Nuestro cordobés del Valle de Alcudia. La noticia en la radio, en el andén de las despedidas. Lleno y de pronto vacío. Le esperaba el voto en el colegio San Isidoro de la calle Fuenterrabía, casi enfrente de donde vivía Pepe Hierro, otro poeta. Qué extrañas sensaciones de vacío, de soledad. Partir. Morir. De golpe, los recuerdos con Gala en las jornadas poéticas de Almagro, dos años, llenando hasta la bandera el teatro de la calle San Agustín, divo y divertido, pidiéndonos su lado bueno sobre el escenario, único e irónico, celoso como un niño de que el cantautor Víctor Mariñas le robara protagonismo a su lectura del libro Poemas de amor ("suba la muerte y máteme a tu lado, / que esmeraldas, cantáridas y mentas / me han dispuesto un profundo y verde sueño", termina uno de los sonetos).

Pocos escritores con su tirón popular. Pero el Gala dramaturgo que en el 75, todavía con Franco, desnudó por primera vez en escena, el torso de Victoria Vera, musa también de la Transición, en la obra ¿Por qué corres Ulises?, entre muchas funciones de éxito, no recibió nunca galardones oficiales, ni Cervantes, ni Príncipe de Asturias, ni sillón académico, sí muchos otros premios. Y novelas, guiones de televisión, la página "Charlas con Troylo" (su perro) en el dominical de El País, luego más de veinte años con una corta parrafada en la tercera de El Mundo bajo el epígrafe La tronera. Se significó, como toda la izquierda, contra la OTAN, pero su primera tronera, exhumada ahora por dicho periódico, de título Los efímeros, enero del 92, parece escrita para la misma jornada electoral, cuando decía que la política es quizá la mejor proveedora de cadáveres ("Desde enajenados vicepresidentes de Gabinete a orgullosos alcaldes, pasando por ignaros asesores y colocados al tuntún, todos acaban por caer de su cucaña".)

La cucaña de un domingo que duró en televisión hasta casi las 2 de la madrugada, por un escrutinio autonómico más lento que nunca, agónico, emocionante en Castilla-La Mancha como una final futbolística con prórrogas y penaltis, donde apenas unos cientos de votos en esta provincia hizo posible que el barón más crítico (casi el único, acusado incluso de deslealtad) con el presidente del Gobierno, salvara los muebles de Fuensalida, pero no evitar que al día siguiente Sánchez —inmediata respuesta a su fracaso plebiscitario— adelantara las elecciones generales al 23 de julio. No habrán ocupado los ansiados tronos del poder los nuevos electos, ni aclarado del todo los pactos y nos llueve otra enloquecida campaña. ¿Habrá autovía y segunda ronda…?