O editar por placer. O por el gozo estético, ético, de editar. De cuidar el libro como objeto de arte. Como pieza insuperable y artefacto único, perfecta máquina de cultura. Porque editar no es simplemente imprimir, ni satisfacer egos imposibles, ni solo negocio. Es seleccionar, elegir, proponer, avanzar por una selva cada día más impenetrable y descubrir autores, ideas, sueños, locuras.
Por eso, en un panorama dominado, casi monopolizado, por dos potentes grupos editoriales, satisface al lector encontrarse con editoriales independientes españolas como Nórdica, donde los editores ejercen tanta autoría como los propios autores, y acompañan los procesos como no puede ser menos. Puede parecer, de entrada, una editorial de traducciones, de clásicos y minorías, porque empezó hace casi veinte años, como dice en su catálogo, con las literaturas de los países nórdicos, pero ha ido proponiendo nuevas colecciones y autores españoles. Y, lo que marca diferencias, cuidando sus acabados, eligiendo con esmero papel y tipografías, e informando de esos detalles en el colofón como parte sustancial del trabajo de editor, encuadernando a su vez como corresponde, eligiendo guardas diferentes en los libros de tapa dura o especiales páginas de cortesía en los llamados rústicas o tapa blanda; así que no extrañan sus premios varios a los mejores editados.
Nuestro gran ilustrador Federico Delicado conoce bien este sello, donde ha dibujado libros de Cavafis, dos de Roald Dahl, de Kafka (del que ya me ocupé en estas páginas) y uno de su autoría completa, La huida de Pegy Sue, para la colección infantil. Estos días, en el 150 aniversario del nacimiento de Thomas Mann, han publicado el breve, pero excelente, Resumen de mi vida, casi las memorias que no escribió el nobel alemán de Lübeck —ciudad hanseática, como la no lejana y liberal ciudad estado de Bremen—, de donde huyó por el nazismo; en esas páginas, escribe que la lengua "da nombre, escoge, define y juzga en tanto que crea vida", parece expresar lo que significa la tarea más noble de un editor, como afirmaría siempre acerca de la búsqueda de identidad y esa arista trágica del artista solitario. Reciente es también, ilustrado por Vicenzo del Vecchio, El libro de las maravillas del mundo, del viajero Marco Polo, una pequeña joya. Otros títulos que podría citar son la reedición de Iluminaciones en la sombra (1910), de Alejandro Sawa, el raro y desconocido escritor que inspiró el Max Estrella de Luces de Bohemia, que en palabras del mismo Valle-Inclán acabó "loco, ciego y furioso", como un personaje shakespeariano; y el de Luis Mateo Díez, El limbo de los cines, de 2023.
Otras editoras, muy a tener en cuenta, que navegan en estos siempre difíciles y a veces ingratos océanos de la edición, son Libros del KO, Círculo de Tiza, Impedimenta, Asimétricas, Capitán Swing, Alpha Decay, Reino de Cordelia,… Todo un infinito laberinto borgiano.