Si uno piensa en cómo hacer hielo, lo tiene claro: se coge el molde, se llena de agua, se mete en la nevera y a esperar a que esté hecho. Esos pasos, pero automatizados, son los que se realizan de forma continua en Frost. Una de las pocas fábricas de hielo que hay en la provincia de Ciudad Real y que lleva desde 2019, justo antes de la pandemia, en funcionamiento. En esta industria se hacen buena parte de los cubitos que consumen los ciudadrealeños y fue escenario de la escasez de cubitos del pasado verano, debido a que el precio de la luz hizo que la producción se frenara en los meses de verano.

José Garvi, CEO de la empresa, y Manuel Martínez, jefe de Producción, abren esta fábrica, ubicada en Villanueva de la Fuente, a La Tribuna para mostrar un negocio en el que llevan una década, desde que comenzaron a  vender hielo para la Feria de Albacete. «Estamos muy bien establecidos y tenemos toda la producción vendida y la verdad que creciendo cada año más», explicó Garvi. «El negocio del hielo es un producto commodity, puedes colocar en el mercado, pero el problema es que las inversiones en maquinaria que necesitas para poder fabricar, son muy altas», recordó, a lo que se suma la estacionalidad del negocio, que va desde finales de primavera al verano, como la época de mayor consumo.

En la fábrica, una máquina se encarga de llenar las cubiteras que se introducen en una cámara que congela en 24 horas el hielo, haciéndolo en un proceso lento, a 16 grados bajo cero. Cuando pasa el tiempo, un robot se encarga de desmoldarlo y de llevarlo a las bolsas que después se ensacan para dejarlo en una cámara a -14 grados hasta que se distribuye.

Una fábrica de hielo en el corazón de La Mancha - Foto: Tomás Fernández de MoyaEste proceso se repite a lo largo del día en multitud de ocasiones, hasta fabricar 30.000 kilos de hielo en cubitos y otros 5.000 de hielo en escamas, pensado principalmente para su consumo en pescaderías.