Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Se busca fontanero

29/09/2023

Se ha escrito y hablado tanto de despoblaciones, de Españas vacías y vaciadas, que el asunto se ha convertido en una etiqueta estomagante que ya no significa nada. Mientras eso ocurre, la nada sigue cobrándose terreno y engullendo mundos enteros.
No sé si han intentado hacer reformas, trabajos de albañilería, si han tratado de buscar un fontanero, o un carpintero, o un profesional de lo que sea en alguno de los pueblos asediados por el vacío. Es muy difícil y es muy caro. A veces directamente es imposible. Sucede que no hay casi nadie dispuesto a renovar una casa en un pueblo perdido de la mano de dios.
Si no puedes renovar el baño o la cocina, si no puedes llamar a un fontanero, si no acude el cerrajero, si no hay manera de poner la calefacción, te quedan solo tres opciones. La primera es aprender a hacerlo tú todo. La segunda, renunciar a la civilización humana. La tercera, marcharse, dejarlo todo atrás, cerrar el candado y no volver. Por el motivo que sea, es la última de las tres la que resulta más frecuente.
El problema de las etiquetas es que se vacían de significado aún más rápido de lo que se vacía la meseta de personas. La España vacía, o vaciada, o como sea, ha entrado en la misma categoría que la economía sostenible. Un eslogan que sirve para invitar a gente a comer y hacer amigos. Una manera de decir algo con lo que va a estar de acuerdo casi todo el mundo sin necesidad de tener que decir nada.
Hay personas que llevan intentando encontrar un albañil para reformar la cocina de su casa desde antes de que se inventase lo de la España vacía, o la España vaciada. La única diferencia es que, ahora, su frustración se puede catalogar con más claridad. Con un poco de suerte podría acabar convertida en una noticia de televisión o en el capítulo de un libro. Al menos, en un artículo como este.