No es fácil que nuestro país, la vieja y siempre entrañable España, la indomable Iberia, la potente, la más potente, España de la puesta a andar de las cunas de espantajos políticos de la talla de un Maduro, -el señorito del reconocido lacayo ibérico Zapatero-; de un Stroessner; o un Gadafi, o un Mobuto; o cualquier otro dirigente de país, joven o viejo, iberoamericano, africano, asiático o de dónde nos plazca encajonar a la ya citada Viena Europa. Digo que no es fácil que los países, aludidos de refilón profundo se enfrenten, a los 500 años de ser bloque, más o menos cohesionado, pero bloque, con problemas tan serios de compleja solución y casi, casi, sin atisbo de solución, por mucha disposición a ello, a solucionar y no a destruir, que tengan. Pero nosotros, que nos metemos a domadores de cucarachas rojas -la variedad aludida da ejemplares de mayor tamaño que las negras comunes y abundan en ciudades próximas al río Guadalquivir-, y se nos ponen como cocodrilos australianos de siete metros, pues la verdad es que no somos los mejores, hoy, ni para amaestrar cucarachas, rojas o negras, ni cocos de aguas dulces o saladas, o políticos españoles, de cualquier mano, o bichoplépticos de tres, o más, cabezas.
Pero así es y así está el actual panorama nacional, especialmente en el mundo de la política, que debería hacernos rectificar en ruta, camino y dirección, porque de seguir como hasta ahora, hasta el mismo momento en el que saca pecho el que dice ser un fenómeno, o un fuera de serie o un enviado de la galaxia 33, -mejor habría que preguntarle a su señora esposa-; o en el que Feijóo -ya dije de siempre que hablaba demasiado en gallego y como llevo 50 años casado con una gallega de La Coruña, lo que creo me permite tener derecho a una miajita de opinión, pues véome traicionado por este juntavotos que tan pronto trata de comerse al contrario que asiste, pasifloriano e indolente,  a las batallas, nada mal urdidas y ejecutadas algunas, que le organizan sus amigos de Moncloa, Ferraz y demás sedes de partidos políticos que, ya se sabe, buscan, como el PP, el poder y no siempre, ni mucho menos, con buenas y aceptables armas. 
Así que apunten: cobarde actitud de Perro Sánchez, con el perro faldero de Marlaska detrás, en la crisis por el asesinato de los agentes de la Guardia Civil en el Estrecho; crisis en el seno de la coalición de Gobierno por diversas causas; revolución agroganadera a nivel nacional, en la que el presidente, el bombón ¿? de la política Española o como le llamasen antier, está escondido, dado su natural cobarde en situaciones muy concretas y por motivos en los que no todos, ni mucho menos, están a la altura; etc. Si a esto añadimos los fallos y boutades de la oposición, pues ya me dirán si no hay crisis y de calado. 
Sr. Feijóo: ¿somos catalanistas o de las demás tendencias; le damos el indulto a Puigdemont y la amnistía a Luís Companys y Paco Macià? En lo único que estamos de acuerdo, don Pedro, es en la defensa de Palestina. Usted dirá.