Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


El COVID sigue amenazándonos, como Repsol

15/04/2021

No se la razón de la sospecha general, pero flota un serio temor en el ambiente -ambiente por cierto cargado de malos augurios por culpa del bicho y sus consecuencias que mejoran poco- que nos hace temer, el ambiente, que esto, la pandemia, va para más largo de lo que creemos, queremos y sería deseable. Las vacunas han comenzado a ser inoculadas con diferentes velocidades, dejando muy claro por que unos países funcionan mejor que otros y consiguen para sus ciudadanos niveles de bienestar mas altos y más duraderos en el tiempo que los demás. Con cifras diferentes por razones de población, Estado Unidos y Reino Unido, han llegado a datos admirables en estos días. Ambos comenzaron estos tiempos de vacunación dando pena y alarmando a propios y extraños.
 Las mentes insensatas, populistas y soberbias de sus mandatarios supremos de entonces, Donald Trump y Boris Johnson, llevaron la situación casi al caos, al promocionar posturas antivacunación y llenando los hospitales y las morgues de enfermos y cadáveres. (Casos similares de posturas negacionistas los tenemos en las cifras y la mala gestión de países como Brasil, México y España, pero que al no experimentar grandes mejorías en el día a día y en el balance de resultados, quedan fuera de estas consideraciones concretas). Hoy, con un nuevo presidente, Biden, en el gobierno del gigante norteamericano y un primer ministro, Johnson, en Gran Bretaña, ambos países han llegado a cifras de vacunación caso óptimas dentro de un proceso normal, pues los EE.UU se mueven en los 100 millones de vacunas inoculadas ya y Gran Bretaña supera los 15 millones, cifra que ha movido al Gobierno a casi devolver la libertad de movimientos a todo el mundo por aquello de la protección de rebaño. Mientras, en España, los principales líderes políticos siguen dando un espectáculo global bochornoso. Sainete este en el que son acompañados, lamentablemente, de una moderna plantilla de aduladores, panegiristas, incensadores, etc., que no tienen el más mínimo empacho en defender lo indefendible, anular la argumentación de otros y, en suma, dar la sensación, aunque no sea así, de estar al servicio de un artista, de un grupo o de un partido o similar. Y claro, mientras nuestra clase política no está en lo que debe estar, ¡que no lo está en cuerpo y alma!, la situación sigue siendo un caos de mayor o menor envergadura, pero caos, porque la pandemia sigue mandando; parece que estemos en la cuarta ola con lo que implica; unos y otros nos ningunean en el asunto vacunas y demás. 
Y nadie, ni aquí ni fuera -fuera es Toledo que con pedir y atesorar para ellos tienen más que bastante-, alza la voz contra el camino que ha tomado la existencia de la refinería en Puertollano. O mucho me equivoco o a la vieja Encaso, la Empresa Nacional Calvo Sotelo que Franco regaló a Puertollano -como regaló SEAT a Barcelona y Empetrol a Tarragona-, digo que a la vieja Encaso, le quedan cuatro días, o cuatro meses o cuatro años, pero no creo     que mucho más. Y es que las cosas, sobre todo si generan trabajo, en nuestra tierra, en Ciudad Real provincia, se caen a la velocidad del rayo, máxime si la clase política de hoy, tan culta y preparada, prefiere jugar, que no hacer ni practicar, a la política y si es en Canarias, mejor.