José Luis Loarce

Con Permiso

José Luis Loarce


El ascenso

11/04/2023

Era la mañana del Jueves Santo y la empinada gradería del Poli no acusaba la menor falta de sueño por la procesión del Silencio de la noche reciente. El solar del afortunadamente erradicado botellón era un abarrotado parking, raro encontrarlo así salvo que el equipo de la ciudad saltara ese día a la hierba como flamante recién ascendido de categoría. El CD Manchego era de Segunda RFEF, el cuarto escalón del fútbol hispano, según la remóveda que la pandemia produjo, aunque hay clubs que quieren regresar a la estructura anterior.
He de confesar que este firmante, que se inició, allá en las lejanías, escribiendo futbolerías —también los martes, casualidad—, que telefoneó sus crónicas a donde fue menester, que entrevistara al presidente fifo Havelange antes que a dramaturgos y poetas, de corazón futbolero a mucha honra y que podría recitar una larga lista de históricos del Manchego, entre ellos mi compañero del Hermano Gárate, el extremo Monescillo, que llegó incluso al Madrid, pues confiesa, decía, que ha tiempo que no frecuenta el tan desasistido balompié local. Pero el jueves se asomaba, algo ajeno, a una grada rebosante como nunca, aficionados de antes y de ahora, y todo sonrisas y euforia frente a la Balompédica Conquense, bombos y banderas azules que ya la noche del domingo, en la plaza Mayor, habían ensayado la celebración apenas si el palio del Prendimiento, tras la lluvia de pétalos, doblaba hacia la calle María Cristina.
No es este el artículo analítico de lo deportivo, de lo que bien se ocupa este periódico. Aquí leo que es líder desde la sexta jornada y presenta inmejorables cifras de goles a favor y en contra, sin acusar el cambio de entrenador a siete jornadas del final. Pero sí celebratorio por un club que ha sufrido, Guadiana él, desde los tiempos del Campillo, desapariciones y refundaciones, tres ascensos desde Tercera, abandonos y olvidos frente al deporte que nos hizo merecidos campeones de Europa y puso a mi ciudad en los telediarios. Seña de identidad colectiva como es el deporte de alta competición, salir del pozo ya sabe a miel. El gran Vázquez Montalbán hizo aquella definición brillante y desafortunada del Barcelona como el «ejército desarmado de Cataluña» y las glorias del club del Bernabéu, dice su himno, «campean por España». El joven presidente mancheguista José Juan Bedoya habla del «salto cualitativo» que debe dar el club, orgánica e institucionalmente.
Ascenso como contrapunto de descenso al averno. Elevación desde el Hades profundo. Metáfora de la purificación como es, ¿quién no se suma a su escalera semántica? La del progreso de verdad, la mejora, el remonte definitivo alguna vez, ahora que asoma el test del 28 de mayo y tanto anhelamos el ascenso. ¿O no?