El barrio del Pilar brilló ayer con la salida de las hermandades del Cristo de Medinaceli y la Virgen de la Esperanza, en un espacio abarrotado de sol y de espectadores.  

La salida se abrió con la imagen del Santo Niño del Remedio a los sones de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno de Calzada de Calatrava. En su recorrido por las calles de Ciudad Real, esta talla de Faustino Sanz Herranz fue acompañada por los integrantes de la sección infantil de la Hermandad de Medinaceli.

Tras una breve espera, traspasó las puertas del guardapasos de la calle Virgen del Prado la imagen titular de esta cofradía, de cuyo caminar es responsable una cuadrilla con 35 costaleros y costaleras, a los que dirige como capataz Iván Mercado.

La Pasión del barrio del Pilar, para toda la ciudad - Foto: Tomás Fernández de MoyaLas flores rojas que cubrían el paso relucían bajo esa luz primaveral, mientras los costaleros afrontaban la difícil tarea de girar el paso con un bailarín balanceo bajo las notas que interpretaban los integrantes de la Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva, que se situó inmediatamente después del paso y la presidencia de la Hermandad.

Una vez que ambos pasos comenzaron el recorrido se pusieron en marcha los nazarenos, que esperaban un poco más adelante para no entorpecer los movimientos en la calle Virgen del Prado.

El palio de la esperanza.

Una vez que los hermanos de Medinaceli se pusieron en marcha, llegó el momento de la salida de la Hermandad de la Virgen de la Esperanza, que ayer estrenaba palio y bambalinas bordados en los talleres de García y Poo, de Sevilla; así como sus parihuelas y techo del palio, que se ejecutaron en el taller de carpintería, talla y dorado de los también sevillanos Hermanos Caballero. Los estrenos se completaban con los respiraderos del paso, obra del taller de Orovio de la Torre de Torralba de Calatrava.

La Pasión del barrio del Pilar, para toda la ciudad - Foto: Tomás Fernández de MoyaEl palio y las bambalinas destacan por su simplicidad, el terciopelo verde, el color distintivo de la cofradía no tiene más acompañamiento que la imagen del Espíritu Santo, mientras que las bambalinas se completa con unos cordones dorados. Por contraste, los respiraderos son un detallista trabajo en plata que ayer relucía especialmente en el conjunto del paso.

La salida de la imagen titular de esta Hermandad, a la que acompañaba la Agrupación Musical Santa Cecilia, de Calzada de Calatrava, fue especialmente compleja. El capataz, Juan José Laín, dirigió a sus costaleros para orientar a la Virgen primeramente hacia la carretera de Carrión, para a continuación realizar un giro de 180 grados, con la dificultad añadida de la proximidad de los espectadores, para enfilar desde allí la calle Pedro Pardo y llegar hasta donde aguardaban los nazarenos para formar el cortejo camino del centro de la ciudad.