Escolástico González

Fontanería Pública

Escolástico González


Dedicaciones exclusivas

15/11/2021

El asistir a más actos institucionales y a más actos protocolarios no significa trabajar más por Ciudad Real. Uno puede estar todo el día asistiendo a cócteles, recepciones, presentaciones, eventos, citas deportivas, culturales, ruedas de prensa, etc., y no dar ni palo al agua por la ciudad. Es lo que se llama, estar en la farándula y no en lo esencial. Algo parecido sucede en la actualidad en el Ayuntamiento de la capital y quizás por eso ha habido que aumentar en dos las dedicaciones exclusivas del equipo de Gobierno en su configuración actual.
A una parte del equipo de Gobierno de la coalición le sobran horas y a otra parte le faltan. Pero, no obstante, esa carencia y deficiencia, se suple aumentando las dedicaciones exclusivas de los concejales e incrementado el gasto.
Hay que llegar a todos los sitios y aceptar todas las invitaciones. Hay que estar presente todos, en todos los actos porque existe una delegación de funciones que es ficticia. Nadie se fía de nadie y todos quieren capitalizar la foto con su presencia. Esa, entre otras, es alguna de las anomalías que presenta el actual Ayuntamiento. 
En la empresa, cuando las jornadas son interminables para un parte del equipo y éste se mata a realizar horas, siempre tenemos un dicho: o no hay delegación de funciones, o existe una falta de personal. Pero, en el caso del Ayuntamiento, el personal liberado para atender las funciones de gobierno es el mismo que ha existido en los dos primeros años, luego, solo puede ser la falta de delegación, aunque caben otras posibilidades, la desconfianza, la deslealtad institucional, etc. Los concejales, al menos la mayoría de ellos, no se sienten, ni actúan, como delegados de la alcaldesa y se duplica la presencia en actos y eventos.
El trabajo de los ediles, del que ya he comentado en otras ocasiones, no es, ni mucho menos, la jefatura del servicio de la delegación política que le ha realizado el alcalde, ni siquiera la dirección del personal, más allá de la organización doméstica, puesto que la jefatura superior de todo el personal le corresponde al alcalde y no es delegable. La jefatura del servicio le corresponde al funcionario de carrera nombrado para ello y que tiene la cualificación exigida en su oposición de ingreso. Al concejal le corresponde la dirección política, que no técnica, del servicio encomendado en la delegación de funciones que le otorga el alcalde, luego si no existe, o, es ficticia la delegación, no hay organización del trabajo y aún menos coordinación. 
Es ahí, en la delegación de funciones, donde está la madre del cordero. Aunque se otorgase dedicación exclusiva a todos los concejales del Ayuntamiento el problema del trabajo no se resolvería y seguirían faltando horas, a quienes entiendan como trabajo de concejal, liberado y remunerado, la asistencia a los actos públicos.
La agenda de trabajo para recibir a ciudadanos, despachar, organizar, planificar y resolver los asuntos de la Concejalía, reportando después a quien tiene la máxima responsabilidad, que es el alcalde, o la alcaldesa en este caso, no tiene nada que ver con la agenda de actos públicos de la ciudad a los que quiera asistir cada concejal. 
La ciudad necesita de un trabajo diario de organización y de planificación de todas las áreas y concejalías. Ciudad Real es una ciudad que está viva y sobre ella actúan también otras administraciones, y, desgraciadamente, el pacto de coalición de los 42 puntos de PSOE y Cs es solo la foto fija de aquel momento para justificar una decisión. La realidad de la ciudad, y de su gestión del día a día en el Ayuntamiento, son muchas más cosas que la lista de proyectos que conforman el nexo común de la coalición. Alguien podrá decir, para contrarrestar esta opinión, que hay establecido unas canales de comunicación vertical, ascendente y descendente, para evitar la descoordinación, pero es que, incluso, en esa comunicación se obvia lo más importante: las ideas. Cuidado con ellas y no vaya a resultar que las copie el contrario. 
La ciudad está en punto muerto, en pausa, en todo aquello que excede del mantenimiento ordinario y de la licitación de los proyectos pendientes previos al relevo. La agenda de gestión municipal es la de los actos públicos, sin previsión de nuevas ideas, y conformen avance la legislatura todavía menos. Esperaremos a los presupuestos de 2022, para ver qué nos deparan, pero si no se corrigen algunas actitudes en la coalición será difícil encontrar nada positivo y nuevo hasta la próxima legislatura. Mientras tanto, a seguir disfrutando de las liberaciones.

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