José Luis Loarce

Con Permiso

José Luis Loarce


Plaza Mayor inacabable

23/03/2021

En el 93, titulaba 'Te quiero fea' uno de mis artículos en este periódico. No recuerdo el origen del texto, pero lo empezaba citando aquel tierno panfletito, radical y agresivo, 'Ciudad Real, mi amor' (1979), que el desaparecido Nino Velasco publicara ‘sin’ editor, aunque con depósito legal, porque renegaron de lo que llamé, entonces y ahora, «minúsculo breviario de podredumbre». Librito que también cita José Rivero en su reciente libro 'Plaza Mayor. Permanencia y transformación' (Serendipia) y que desata toda un tolvanera de sensaciones y lamentos olvidados, de evocación y desolada estupefacción, de desajustes entre amores imposibles y necesarios pactos con el tiempo.
Arquitecto provincial que rompe en imparable autor de libros, a partir de 'El sentido de la mirada. Las artes plásticas en Ciudad Real, 1939-1962' (BAM, 1998), obra que supone un punto y aparte en la interpretación historiográfica hasta ese momento, Rivero es dueño de una generosa e inteligente grafomanía crítica que atraviesa géneros literarios y disciplinas ensayísticas vadeando los terrenos más complicados. Ahora nos hace mirar hacia la plaza Mayor de su ciudad y la mía. Forma de mirar que acaso ya reflejaba en 'Memoria de cosas. Signos y señas de identidad de Castilla-La Mancha, suerte de diccionario de semiótica lucidez', cuando escribía que las plazas mayores «están horadadas por aparcamientos subterráneos o por letrinas mal ventiladas o por galerías del ocio, y cuentan en sus soportales con negocios multinacionales transidos de luminosos resplandecientes». Por ello avisa en su prólogo aventajado de cómo ha indagado en un espacio —el de la plaza Mayor capitalina—, cuyas posibilidades «tal vez nos han sido robadas», reconociendo también «la incapacidad para resolver los problemas de identidad urbana que venimos padeciendo».
Trabajo con decenas de referencias bibliográficas y hemerográficas cruzadas, amén de profusamente ilustrado, incluso con documentación inédita y al cuidado de José Luis Sobrino, los conceptos de Topos y Logos, de historia en horizontal y formalización en vertical, de recuperación metafórica de la definición de Bonet Correa de plaza como cubo de aire vacío acaban definiendo una plaza Mayor que no deja de ser un espacio sentimental, aun en su desvanecimiento y vaciedad, desde los toros y los ajusticiamientos que albergó en su historia hasta el alzado actual, brutalmente ofendido por el Ayuntamiento de Higueras (1971), los dos intentos unificadores del Plan del 72, las dos mellas de solares herrumbrosos y esta silueta quebrada, como fosilizada en un tiempo urbano, que viene a inventariar en su lado oeste lo que fue, lo que pudo ser y lo que desconocemos qué será.