Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


España, a la cola en colaboración

03/03/2022

Pese a que las matanzas de Katyn empiezan a quedar lejos en el tiempo en proporción a la corta vida, gracias a Dios, del sistema y régimen político que las ordenó y luego trató de ocultarlas, las enseñanzas del criminal hecho histórico al que me refiero dejó poso, mucho poso, en las generaciones posteriores de responsables de los órganos políticos represores soviéticos, entre los que ha sido hombre importante el actual presidente ruso, que fuese teniente coronel o coronel del KGB, heredero directo del NKVD, y órganos genocidas del régimen comunista instalado en Moscú. En Katyn, las tropas represoras de Lavrenti Beria, el Heinrich Himmler del comunismo internacional, y sus más directos camaradas, obtuvieron la autorización de Joseph Stalin para masacrar, con tiro en la nuca y munición norteamericana para despistar, a 25.000 militares y agregados polacos. Fueron enterrados en el bosque de Katyn en, por supuesto, fosas comunes. De aquello, ¡digo yo!, debió quedarle método, recuerdo y afición a todos los Putin que en el mundo, la historia y las nóminas del comunismo han sido, como demuestra la afición que el nuevo führer que sobrevuela Europa, le está poniendo a la destrucción del alma, las gentes y las ciudades y la tierra de Ucrania, la misma por la que corrían tiempo ha los distintos grupos de cosacos. 
Decir que el ejército ruso es muy superior al ucraniano e incluso que el que pudiese salir de la unión circunstancial de varios de los más directamente amenazados es gana de ganeta, y ello pese a que por lo que dicen y cuentan muchos de los que ahora andan por allí, algunas cosas no le están saliendo bien o llevaban cogido todo solo con alfileres, cosa que termina de mala manera en momentos puntuales. Y es que cuentan que, por ejemplo, puede estar peligrando el abastecimiento de combustible a carros de combate y vehículos logísticos, sanitarios y de cualquier otro tipo, cosa que resulta increíble y que podría acarrear purgas a determinados mandos responsables. El pueblo ucraniano, de un lado, y determinados vecinos por otro, especialmente Polonia, están dando ejemplos múltiples de valor, eficacia, solidaridad, mientras que en la muy avanzada, rica, poderosa, y..., Europa, con España al frente, por imposición de los rojo-moraos de Yolanda Díaz y demás colegas de la vicepresidenta, que hace quedar mal al propio Pedro Sánchez en cualquier tema y momento, gasta el tiempo sin los deseables resultados. Pero así andan las cosas. Putin, empeñado en invadir y conquistar -blitzkrieg- al mejor estilo nazi en Polonia o en la Francia de Vichy; los ucranianos, que vuelven desde sus antípodas, si necesario fuere, con tal de defender su patria; Europa, que parece despertar un poco, escenifica algo lógico, como es el pavor al envío de europeos a pegar tiros y, lo que es peor, a recibirlos, para intentar frenar a este hombre, enloquecido a día de hoy, que ya ha mencionado varias veces la palabra nuclear; y la ONU, auténtico club de golfos inservibles, paseando por Nueva York y, sin duda, por los hoteles y clubs de Nueva York. 
Por cierto, otrora había magníficos tiradores de élite en los ejércitos. Han debido licenciarlos a todos.