El COVID persistente, de dolencia a enfermedad

Hilario L. Muñoz
-

La ciudadrealeña Pilar Rodríguez fue una de las primeras contagiadas por COVID, en marzo de 2020, pero dos años después mantiene aún secuelas del virus que espera le puedan tratar en la nueva consulta específica creada por la Consejería de Sanidad

El COVID persistente, de dolencia a enfermedad

Cuando Pilar Rodríguez se contagió de COVID en marzo de 2020 poco imaginaba que en marzo de 2022 iba a mantener las secuelas de la enfermedad. Casi 24 meses lleva con unos síntomas que le han cambiado la vida y que le provocan dolores de cabeza y en el cuerpo, cansancio o cambios menstruales que le han llevado a consulta en numerosas ocasiones. Incluso le han hecho una punción lumbar para descartar que lo que padece fuera esclerosis múltiple o resonancias magnéticas y escáneres en el corazón, explica Rodríguez, quien ve aliviada como el COVID persistente, una dolencia que sufren algunos de los más de 100.000 contagiados de la provincia, será atendido en una consulta creada en cada hospital de Castilla-La Mancha. Sin duda, este cambio sanitario, es una muestra de que dos años después la pandemia está aún lejos de su final. «Me hacen millones de pruebas, pero el COVID persistente aún no me lo ha declarado nadie», indicó la ciudadrealeña, que esta semana solicitará ir a esa nueva consulta del hospital. 

«La primera vez que me contagié estuve fatal, porque sentía cosas en mi cuerpo que no había sentido nunca antes», dijo Rodríguez, recordando aquel marzo de hace dos años en que se aisló en su casa, para no contagiar a su pareja y su hijo. «Me dolía todo el cuerpo, tuve fiebre, diarrea o tos» y cuando recibió el alta muchos de esos síntomas no se habían ido. «Siguen las diarreas, el malestar, el dolor del cuerpo o las disneas», dijo Rodríguez. «Hay días que me encuentro un poco mejor, pero la mayoría estoy mal», señaló esta ciudadrealeña, que vive en Fuente el Fresno y que a sus 36 años, por ejemplo, ve cómo su cuerpo no responde tras un día de gimnasio, con un cansancio que le impide actuar con normalidad. "Soy una persona que siempre ha hecho ejercicio y ahora, cuando, intento hacerlo, estos últimos meses, y al día siguiente estoy como si me hubiesen dado una paliza y sin hacer ni un 20% de lo que hacía antes del COVID". La misma sensación tiene cuando trata de concentrarse. "Muchas veces tengo lagunas estoy como ausente". Se trata de aspectos físicos, que afectan también en su lado emocional. 

En estos 24 meses no he dejado de acudir al médico y ha estado en Cardiología, Neurología, Ginecología y en todos los especialistas que han ido viendo cada dolencia y haciendo pruebas sin concluir ninguna dolencia concreta, salvo que podría tratarse de aspectos relacionados con el COVID, "secuelas", pero ahora está a la espera de que le confirmen la persistencia, para recibir tratamiento y tener una "salida" que le permita regresar a su vida.