Javier López

NUEVO SURCO

Javier López


Castilla-La Mancha a cara de perro

24/05/2023

Sin tregua, el 28-M pasará algo en Castilla-La Mancha, y será de calado: o nos consolidaremos como la gran llanura electoral más ajena de todos los territorios de España a las aritméticas y las combinaciones múltiples del multipartidismo con una mayoría absoluta de Emiliano García-Page, que acaso le situé como una baronía inexpugnable,  o  se dará carpetazo y Paco Núñez se convierte en el segundo presidente del PP de la región con la aritmética previsible que ya se ha puesto en juego en otros lugares. No hay más, y no habrá tregua en los próximos días. En el debate electoral de esta semana emitido en CMMedia lo hemos visto: García-Page y Núñez, lo demás es decorado. 
Nadie apuesta nada, salvo una encuesta del CIS, a una presencia parlamentaria de algo que se sitúe a la izquierda del PSOE en las cortes regionales ni tampoco  a que Ciudadanos pueda sacar algún escaño, es un muerto viviente a pesar de que Carmen Picazo se mostró en el debate con ganas de actuar e interactuar, algo más madura que hace cuatro años, pero incapaz de hilvanar un discurso alternativo y reconocible. Lo días están contados para Ciudadanos. Solamente VOX puede romper nuestro bipartidismo casi perfecto y a la par dar acceso al Palacio de Fuensalida al candidato popular. El candidato voxista, David Moreno, lejos del tópico sobre el fascismo de su partido, se nos presenta como un señor muy conservador, sin más, y dispuesto a 'castellanoleonizar' nuestra región ejerciendo como  vicepresidente de la nueva situación.
Lo del debate, por lo demás, vino a corroborar lo ya sabido y a remachar los relatos puestos en circulación por cada uno de los candidatos. Emiliano García-Page, esforzándose por presentarse como el candidato conocido, confiable y previsible, que vela por la tierra, que está pegado al terreno y lo conoce. Paco Núñez, con los temas bien estudiados, pidiendo el voto para una ofensiva de conjunto que tiene parada en Castilla La Mancha y cuyo objetivo final es sacar al sanchismo de la Moncloa. Núñez reclama una Castilla La Mancha abierta a España en un eje central con Andalucía y Madrid, sin citar a tanto a Castilla y León. Emiliano García Page ejerce como clave de bóveda de una región peculiar que encuentra históricamente en el PSOE una suerte de partido regionalista sin aristas ni complicaciones ideológicas. Ambos candidatos siguen la trayectoria ya conocida de presumir de su compromiso con el proyecto común español, una constante en nuestra política a un lado y otro del terreno de juego. Lo de los otros invitados al debate no pasó de la pura anécdota, y solamente parece determinante el resultado que pueda obtener Vox, como en 2015 ocurrió con Podemos. El voto verde, en cualquier caso, no será al candidato Moreno sino a la marca que representa a la derecha más tradicional y conservadora.
Será el próximo lunes, ya con los votos recontados hasta el último, cuando hagamos balance de lo ocurrido. Dos fuerzas en disputa y dos relatos antagónicos que en realidad han sido la culminación de lo que hemos venido viendo desde el principio de esta legislatura. Emiliano García-Page marcando distancias, incluso siderales, con el líder de su propio partido, distancia que cortaba el ambiente en el mitin de Puertollano, y Paco Núñez subiéndose a la ola que le viene de Génova y que le coloca en un punto estratégico y central de la cruzada antisanchista que quieren en la casa de la gaviota que concluya con éxito al final de este mismo año. Si Núñez ha dicho «Page es igual a Sánchez», Page ha contestado de alguna forma «lo de Sánchez no va conmigo». Esa ha sido la dinámica y de ella no hemos salido.
La financiación autonómica, la sanidad, la vivienda, el trasvase dichoso es lo que más nos importa como castellanomanchegos. Es entonces cuando caes en la cuenta que en Castilla La Mancha no hay grandes diferencias programáticas entre los dos grandes partidos centrales, como ocurre a nivel nacional, tampoco en la visión que ambos tienen de la región y su ubicación en el conjunto de España, y lo que resulta determinante es el relato de uno y otro para acceder al poder, y eso sí, diferencias importantes en las actitudes de cada uno. Cuestión de estilos, talantes, y tonalidades aunque la campaña, sí, la estamos viviendo a cara de perro. Hay dos políticos, dos candidatos, cuyo resultado en las urnas determinara en gran medida su propio futuro, y eso acaba pesando mucho