José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Taró y garúa

03/05/2023

El pasado día 27, la niebla matinal cubría el espaldarazo rocoso del monte de Gibralfaro en la ciudad de Málaga, Componiendo una imagen de otoño en la rugiente y estallante primavera: falta de sol y presencia de estratos nubosos persistentes. Un fenómeno atmosférico llamado, según la prensa local, taró y que consiste en una insistente y persistente neblina matinal, consecuencia del arrastre de nubes desde el interior marino, que se quedan colgadas o cogidas en los salientes y promontorios de la pedriza montuosa. Nubes dormidas que la falta de vientos deja pegadas buena parte del día. Al fenómeno del taró lo llaman también como boira, nombre que se asemeja al viento que sopla –con frecuencia– procedente de los Alpes julianos en la ciudad italiana de Trieste. Justo cuando la bora o el bora, expresa lo contrario que el taró, un movimiento impetuoso de los vientos del norte, que obligan a la municipalidad a disponer en las calles fijaciones que permitan a los triestinos moverse sin riesgos de ser empujados por la fuerza del viento.
Recordaba todo ello, el juego de vientos, ciudades y nombres, cuando enlacé con otro fenómeno atmosférico, merced a una exposición que acogía el Museo Carmen Thyssen. La exposición de Horacio Coppola, cuyas banderolas informativas, de color rojo llamativo, se desplegaban por el paseo del Parque –magnifico eje lineal urbano que se despliega desde la plaza de la Marina a la del General Torrijos– se denominaba 'Fervor de Buenos Aires'. Otro velado homenaje al primer poemario de Jorge Luis Borges, cuya primera edición contaba con una portada de Norah Borges, reflejando un modesto caserío de lo que habrían sido arrabales porteños de momentos de consolidación de la ciudad. 'Fervor de Buenos Aires' acogía más de un centenar de piezas fotográficas –más un conjunto menor de fotomontajes de Grete Stern, la que fuera primera mujer de Coppola desde 1935– de la ciudad de Buenos Aires en el entorno de los años 30, donde son visibles principios similares –de naciente sensibilidad moderna y de sentimentalidad expresada con sequedad– a los tanteados por Borges en su poemario primero. Entre el 'Fervor de Buenos Aires', el taró y la boira no pude dejar de recordar la garúa, otro fenómeno atmosférico reconocido en los recintos porteños y en algunas letras de tangos esquinados y fríos. Alude a esa neblina heladora que acontece en las matinadas invernales por un doble efecto de humedad y temperatura. Casi como ahora en la primavera disfrazada de Málaga.