La decisión ya está tomada y anunciada. La infanta Sofía, segunda en la línea de sucesión de la Corona, tiene por delante un camino propio. Antes de decidir, analizó con sus padres las diferentes posibilidades que se le presentaban, teniendo siempre como prioridad completar ´la formación exigida a quien deberá asumir las responsabilidades propias de una monarquía parlamentaria.
El Rey o la Reina, quien quiera que sea, no cuentan con atribuciones de gobierno pero sí con un papel institucional, de Estado, que se completa con las responsabilidades de los miembros de su familia. Por tanto, la infanta Sofía debe recibir una educación adecuada. Estudiará Políticas y Relaciones Internacionales en el College Forward de la Universidad de Londres, con tres sedes distintas, un curso en nada una de ellas. Lisboa, Londres y Berlín.
Ya hay polémica porque no acudirá a una universidad española, pero con toda seguridad tanto los reyes como sus hijas han revisado los pros y los contras teniendo en cuenta todos los aspectos relacionados con la vida y actual de la infanta y con su futuro. Saben además que , eligieran la fórmula que eligiesen, se iba a producir controversia. Lo que se advierte con el anuncio de la Casa Real es que los Reyes y su hija menor han tomado la decisión que consideran más adecuada para que la infanta tenga la preparación para el papel que tiene asignado desde que nació. Es incluso probable que el clima que vive en la España actual, tensionado intencionadamente por líderes políticos escasamente respetuosos con la Constitución, haya sido determinante para que la familia real decidiera que la infanta Sofía estudie sin verse afectada por un ambiente hostil.
D. Felipe, tras el obligado paso por las academias militares -como está haciendo la Princesa de Asturias, que un día será reina y máxima autoridad militar- estudió Derecho en la Autónoma de Madrid, después dos cursos en Georgetown sobre política internacional y completó su formación visitando las instituciones españolas e internacionales para conocerlas a fondo, al mismo tiempo que abría su agenda a compromisos oficiales. Es probable que su hija Sofía cumpla un programa de estudios similar.
Pertenecer a una Familia Real supone muchos privilegios, pero las obligaciones son tantas o mayores que esos privilegios, la prueba es la cantidad de ejemplos de miembros de la realeza que no han podido soportar tanto control, tan poco espacio y tiempo propios, tantas responsabilidades y tanto escrutinio sobre su vida pública y privada.
A una infanta no se le permiten fallos y se examinan incluso sus sentimientos. Acertar en la educación es clave. Aunque suponga no tener la última palabra en la elección del centro educativo, o vivir separada de la familia durante los años en los que tan importante sentir su cercanía.
La infanta Sofía debe estar preparada para asumir lo que espera de ella. Todo lo más se puede intentar que lo que se espera de ella se acomode a lo que ella espera de sí misma.