José Luis Loarce

Con Permiso

José Luis Loarce


Listas abiertas

16/05/2023

Es una mañana de sábado luminosa como pocas en esta ciudad estado hanseática que unos días antes que en mi ciudad, tiene elecciones a su parlamento/ayuntamiento. La publicidad electoral ya hace tiempo que salpica las bordes de las calles que en algunos distritos, como este de Vahr, se funden con bosques y extensiones de insólito verdor para nosotros, y busca farolas como aquí los anuncios del circo, porque no son solo nuestros quince días de campaña oficial, aunque no padecen el enfermizo electoralismo español permanente ni la politización extrema de todo. A las puertas del centro comercial, a un paso del resto de muro de Berlín como decoración icónica en la calle y al pie casi de los 22 pisos de apartamentos sociales de la torre Hochhaus de Alvar Aalto, los partidos mayoritarios tienen su mostradorcito de propaganda con sus candidatos del distrito, porque —oh, sorpresa para mí— Bremen, junto con Hamburgo, son las únicas homologables a nuestras regionales/locales que se producen con listas abiertas, además de no realizarse simultáneamente como en las doce autonomías españolas este próximo día 28.
Pocos metros de distancia entre el puestecito del SPD gobernante, junto con Verdes y Die Linke, cuyo alcalde buscaba repetir, y el del CDU. Y la misma torre del famoso arquitecto finlandés como referencia fotográfica en los folletos exclusivos de ese barrio, junto con las fotos de todos los candidatos, con su número de orden, como una especie de preselección futbolística que espera la alineación definitiva por parte de los electores. El biólogo Dr. Eckard, 69 años, puesto 10, gafitas de profesor emérito, ni palabra de español, me señala su foto en el folleto, que incluye el 'email' de cada uno, al tiempo que me regala un ecológico boli personalizado con su candidatura socialdemócrata. Curioseo luego entre el 'merchandising' democristiano, y es el tercero de la lista estatal (la otra es la de distrito), Martin, 40 años, barbita de manager marketing, quien me ofrece sonrisa, boli y su tarjetón.
Pocas fechas de separación con las elecciones en España y otro mundo electoral. No son las papeletas cerradas y bloqueadas, formadas por los aparatos de los partidos y peleadas por los candidatos para estar en puestos de salir elegidos, con el consiguiente poder jerárquico y reajuste de fuerzas, sino dos libritos de votación (estatal y de distrito), con todas las candidaturas presentadas por partidos o asociaciones de electores, de mayor a menor implantación, para elegir 87 escaños, con la particularidad de marcar cinco preferencias de la misma o diferentes formaciones. De política ficción imaginar si aquí cada candidato se trabajara el voto individual y libre en cada barrio, y luego respondiera ante su elector en vez de ante el líder correspondiente. Sin prejuzgar qué sistema sea el mejor, es una curiosidad más en estas vísperas con algunas listas (cerradas) por el norte que repugnan a muchos.