José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Efecto resurrección

22/05/2024

Dos asuntos recientes entre nosotros han producido el llamado por mí 'efecto resurrección'. Un raro movimiento viajero del pasado al presente que consiste, justamente, en dar vida a lo que estaba ya fuera de lugar, no diré que fuera de la vida, aunque puede hacerse también así. Resucitar a los muertos. El primer resucitado es el formato de festival polvoriento de la canción moderna o modernizada. Festivales y festivales que, del Benidorm Fest –otro resucitado más, y ese desde el fondo del armario de 1959– lanza al estrellato– no de estrella, sino de estrellarse– del muy devaluado Festival de Eurovisión. Y eso explicita el recorrido. Recuerden de dónde venimos con lo del Festival Internacional de la Canción de Benidorm, conocido hasta 2003 como Festival Español de la Canción, para saber cómo podemos llegar a la más absoluta pobreza musical y del espectáculo. Un certamen musical anual, en Benidorm cada julio, entre 1959 y 2006. Copiando el Festival de San Remo (1951), y que nació para promover la plaza turística de Benidorm y la música española. En 2022 –como un invento más– se retomó el concurso y pasó a llamarse Benidorm Fest, con el objetivo de encontrar al mejor representante de España para el Festival de Eurovisión. Un recorrido por los certámenes celebrados, permite otear la historia de la sentimentalidad sonora y canora. Incluso, el despliegue de mitos y señales de la musicalidad moderna, desde Raphael al Dúo Dinámico, desde Karina a Julio Iglesias.
La otra resurrección, muy meritoria y agradecida, ha estado protagonizado por el cadáver político de Carles Puigdemont. Huido que fuera en 2017, tras su declaración unilateral de independencia exprés, y pastoreando el sueño de la república catalana, desde el verdeante sueño belga de Waterloo, y animando a sus pocos seguidores a «volver a hacerlo». Pues bien, hasta la convocatoria anticipada de elecciones, Puigdemont era un olvidado expresidente de la Generalidad que ahora, en las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo, ha obtenido un resultado impensable meses atrás. ¿Cómo votar a un prófugo y a un huido de la justicia? Pues bien, el proyecto de resurrección se activa desde la constitución de las Cortes en el mes de noviembre con el recurso negociado de formular una amnistía como pago compensatorio a la investidura de Sánchez. Donde hubo sombra chinesca, tenemos ahora luz visible de un cariacontecido presidente de la República. Una suerte de renacido del independentismo, por más que desde Moncloa se argumente el sedante efecto del resultado electoral, como un punto muerto del procés, yo no dejo de ver a un renacido.