Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


Magistral prosa de Antonio Gala

30/05/2023

El 29 de junio de 2002, el escritor, poeta y columnista Antonio Gala envió un magnífico escrito para ser leído, porque no pudo asistir el año anterior al Auditorio de plaza de toros por estar enfermo. El director del Museo Nacional del Teatro de Almagro, Andrés Peláez, muy amigo del escritor, fue el encargado de acompañar el maravilloso escrito que fue leído por la actriz Nati Mistral de manera magistral, con su declamación extraordinaria y portentos como ella sabía. La citada actriz ha recitado el paisaje de los Molinos de Criptana como nadie. Un regalo para ser escuchado y en este caso para guardar la poética prosa que así comenzaba, con exclamaciones: «¡Viva La Solana y viva La Mancha!. En muy pocas ocasiones he sentido tanto que mi horrenda salud me impidiese estar en un lugar determinado, en un día determinado, a una hora determinada. Quisiera estar, con toda mi alma, hoy y ahora entre vosotros, y ser yo quien os diera las gracias por la rosa de azafrán de oro que pondré nada más recibirla, como dice el Cantar de los cantares, ut signaculum super cor meum, lo mismo que un sello sobre mi corazón». El escritor universal se extiende recreándose sobre la flor de los humildes. «¿Qué otra cosa es vuestra rosa del azafrán y su mimado y extraordinario cultivo? A mediados de octubre se abre, como la misma flor, el milagro que no tiene más que un día siguiente. Del bulbo nace el tallo, y de él, por la mañana, la rosa morada que sólo pueden recolectar los dedos infantiles entre las 8 y las 9. Solo si el cielo está raso o nublado, si amanece escarchado hay que retrasar todos los ritos. Los niños cortan la flor, las mujeres separan los estigmas del resto, el tostado se hace al calor familiar del brasero... Nunca un cultivo ni una cosecha fueron tan íntimos, tan distintos, tan menudos y tan amables. No puedo tardar mucho en volver a estar entre vosotros, sintiéndome uno de vosotros cantando casi la letra de Fernández Shaw y Romero: 'Vuela la simiente de mi puño/ cae sobre la tierra removida. Siente la caricia del terruño. Y abre sus entrañas a la vida'. Ojalá se abra vuestro corazón a mi amistad y a mi agradecimiento igual que se abre vuestra tierra a la siembra de los bulbos del azafrán, larga y costosa, igual que se abre mi corazón a vuestro premio tan poco merecido, a vuestra simpatía y a vuestra entrega. Una pieza para el cielo».