En el folleto editado para la 40 Semana Nacional de la Zarzuela que ha hecho la organización se puede leer lo siguiente: «No hay nadie en España que sea mínimamente aficionado a la Zarzuela que no sepa de la importancia de lo que La Solana hace en pro del género, del entusiasmo y la alegría que pone en ello. No se olvida su origen y La rosa del azafrán estará siempre presente en esta auténtica fiesta que no es de una obra, aunque esa sea su cimiento y su origen, sino que abarca al género total como patrimonio importante. Y lo que se hace por el patrimonio no es solamente un recuerdo del pasado, sino que propicia un futuro que no prescinde de la memoria, porque un país que olvida su pasado está condenado a no tener futuro». El texto es de Tomás Marco, compositor y musicólogo presidente de la Fundación Inocencio y Jacinto Guerrero que proseguía, «evidentemente las cosas no se hacen solas y detrás de cada cosa hay un esfuerzo y una ilusión que son capaces de lograrla. Lo que La Solana ha conseguido es el producto de la ilusión de todo un pueblo y del trabajo constante de un grupo de personas que creían en lo que hacían y han sabido transmitirlo a todos». 
El catedrático y escritor Emilio Casares, que dicen de él, es la personalidad que más sabe de zarzuela en España, y para demostrarlo - ahí está su magnífica exposición que todavía puede visitarse en la vecina ciudad de Almagro, concretamente en su museo del Teatro-, escribe:  «Vuelve La Solana a su Semana de la Zarzuela, esa especie de milagro que se produce anualmente desde hace ya 40 años. Un acontecimiento que convierte a este municipio en un adelantado, junto con Madrid y Oviedo, en la defensa de este gran género que enriquece a la Hispanidad». Y describe así a la localidad que encumbró a La Solana como un caso único en España, que ha permanecido fiel a un género que ha tenido una gran capacidad ecuménica, dirigiéndose a un inmenso público de diferentes niveles sociales y culturales, tanto en España como en América. 
Año a año, La Solana ha permanecido fiel a su encuentro con la zarzuela, como por cierto sucedió en España desde mediados del siglo XIX en prácticamente todos los pueblos de España. Hoy sabemos cómo en ese siglo las funciones anuales de la zarzuela superaban las cuatro mil. Por su parte, el crítico de ABC escribe: «Los 40 años que conmemora la Semana de la Zarzuela de La Solana demuestran el valor de lo comunitario y la fortaleza de la cultura como herramienta de cohesión social. Durante un siglo, la zarzuela cumplió la misión con creces, pues bajo su factura amable y popular fue adaptando la fisonomía con el fin de interpretar a la sociedad española de la época. La Solana es un pueblo manchego ejemplar, pero cuyo espíritu numantino mantiene la zarzuela viva. Anteponiendo el estandarte de La rosa del azafrán que, en realidad, es una manera de ser de esta población». Y en esas estamos