Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Warfare

18/07/2025

La izquierda pacifista sabe que la mejor manera de reducir el espíritu militar consiste en impedir los desfiles. La música, los uniformes y la buena coordinación de los militares fomentan el espíritu patriótico de la ciudadanía.

Hay que ser muy ingenuo para creer que la guerra tiene elementos positivos, porque no los aporta. El daño personal es altísimo y las secuelas duraderas. Desde luego, ayuda mucho si la causa es justa. Recomiendo un repaso a la Escuela de Salamanca y se sale de dudas con rapidez. Desgraciadamente, no es una lectura apetecible para los gobernantes. Básicamente, porque excluye los atajos e irónicamente, suelen ser los militares los primeros que advierten a los políticos de los peligros intrínsecos de cualquier acción militar.

En la vida cometemos múltiples errores, pero pocos son tan graves que el tiempo no los solucione. Desgraciadamente, en el campo de batalla no es así, ya que el error suele ser fatal; vamos, tan definitivo que un familiar recibe las condolencias por el fallo. En resumen, que en una guerra mueren buenas personas, algunas no tanto, y en general los países suelen estar peor que al principio.

Hasta aquí nadie puede estar en contra, incluso Greta Thunberg en un día malo sonreiría de satisfacción. No querer las guerras no significa que no debamos prepararnos para dicha posibilidad, porque puede ser el método más rápido de vivir una. Aquí es donde vuelvo a Francisco de Vitoria y el concepto de guerra justa. Un apunte, no busquen los ataques preventivos como excusa para iniciar una guerra; mejor, no intenten iniciar una guerra justa.

La historia de la humanidad está repleta de batallas épicas, lo cual significa que hubo igual número de derrotas no glamurosas. Este hecho aplastante nos debería hacer reflexionar por qué hubo ganas de más. En general, suele ser por errores de cálculo. El que pierde rara vez lo imaginaba al principio, puede que desconociese el precio o le importase poco, pero salvo algún maníaco nadie va a una guerra con la certeza de una derrota.

En Europa, los grandes expertos en la materia, hemos decidido que todas las guerras son inmorales y que el ejército es una institución que debería desaparecer. Algunos despistados estadounidenses han pensado lo mismo de la policía (no estuvieron inspirados ese día). Yo abogo por eliminar a los médicos, así seguro que no habrá cáncer. No querer algo no significa que no vaya a producirse; solo que nos hemos hecho adultos.

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