«Uno no se puede arruinar trabajando»

R. CH
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Decenas de agricultores llevan sus tractores por la ronda de Ciudad Real para protestar por la situación que atraviesa un campo «que se está acabando»

«Uno no se puede arruinar trabajando» - Foto: Rueda Villaverde

Más de medio centenar de tractores se movilizaron este martes por la ronda de Ciudad Real para reclamar soluciones para un sector primario «condenado a morir» y que ayer se echó a la calle. David fue uno de esos profesionales del campo. Llegó desde Torralba de Calatrava y ponía voz a las reivindicaciones. «Uno no se puede arruinar trabajando, no nos compensa y la producción no nos renta nada». Él es tractorista y con él, este martes salieron centenares de personas a la calle «por los precios, por los alimentos y por el gasoil». 

Desde primera hora de la mañana circularon condicionando la circulación por las rondas de la capital haciendo sonar bocinas y sirenas durante horas y sin incidentes. «Son unos 60», apuntaban los agentes de la Policía Local que les acompañaban y trataban de organizar el tráfico de turismos, furgonetas y autobuses que se mezclaba con los tractores. Horas más tarde se formarían tres grupos disgregados que mantenían viva su marcha por la capital hasta primera hora de la tarde.

Feliciano, vecino de Miguelturra, era uno de los agricultores que ayer marchó sobre la capital. «Estoy aquí como estamos todos los agricultores de España. A todos nos afectan los precios del gasoil, que no nos llega la subvención de la sequía o por la diferencia del precio que hay entre lo que nos pagan a nosotros y lo que pagan ustedes cuando van al supermercado». Y no ve un futuro para su profesión. «De mis chicos, uno quería entrar y le dije que no, que siguiera estudiando, que se buscase otra cosa le dije». «El campo se va a hacer puñetas», sentencia, con la vista puesta en una jubilación que está a la vuelta de la esquina y avisa: «Si ya están caros los productos que ustedes compran, se van a poner a precio de oro porque se va a jubilar mucha gente». 

Los trabajadores del campo llevaron su hartazgo hasta Ciudad Real con pancartas en las que advierten que si el campo no produce «la ciudad pasará hambre», arremetiendo contra la Agenda 2030 y también contra todas las administraciones.

Unos metros por delante de Feliciano iba José Ángel, de Bolaños de Calatrava, con su tractor. Se dedica a la cebolla y al cereal y salió a la calle «por unas leyes que nos imponen y ante todos los problemas que tenemos para producir cualquier cosa». A la par, Jesús, de Torralba de Calatrava. Reclamaba, desde su tractor, «que se nos haga caso, porque el campo se  está acabando». Él cultiva cereales y tiene olivos y viñas «y es todo un desastre.  Nos aprietan por todos los lados.  Hay competencia desleal, el gasoil carísimo, muchos impuestos, abonos por las nubes y apoyo cero del Gobierno. Estamos abandonados de la mano de Dios».  «No puede estar peor, van derechos a cargarse el sector primario», lamenta. 

En la marcha de la capital también participó Tomás, de 27 años. Llegó con su tractor desde Piedrabuena. «Nos tienen abandonados», se lamentaba. En su caso se dedica al pistacho, «y cada vez está peor, no hay futuro y menos para los jóvenes que estamos ahora arrancando: no tenemos ayudas en ningún sitio.  Al revés», aseguraba mientras circulaba camino del parque de Gasset subido al tractor.