En estos días brilla una luz especial y espacial en el barrio de Santa Teresa, de Toledo. Como de final de un tiempo, de una era y, por qué no, de un universo domestico. Almacenes León liquida sus existencias y, a continuación, cerrará. ¿Cerrará? Pero eso es imposible. Si era donde iba mi madre desde el Poblado Obrero y la recibían como si fuera de la familia, ¿Y ahora qué?  Tampoco podré ir yo para que un empleado me agradezca amablemente mi presencia en la planta baja de caballeros. Cuando cierre nada será igual en el barrio ni en el Poblado Obrero – bueno, aquí ya casi nada es igual – ni en el comercio minorista que, poco a poco, se desvanece ante el nacimiento de unas nuevas maneras de entender los negocios. ¿Será mejor? ¿Será peor? Será  distinto. Y es que me niego a  creer en los cataclismos o en los apocalipsis  que nos anuncian quienes viven de la creación de miedos. Me atrae más la trasformación, el cambio. Y a eso hay que convocar a la gente y a las instituciones públicas. Ante un tiempo que desparece, habrá que preparar el que viene.
Me acuerdo de lo orgullosa que se mostraba mi madre con la pieza que había adquirido en Almacenes León. Yo no lo entendía del todo, pero ahora que nos faltará, tras el cierre anunciado, empiezo a comprenderlo mejor. La gente necesita lugares cercanos, vendedores amables, no cardos ni vendedores enfadados. Donde les traten con cariño, aunque no compren nada.  Y a este modelo respondía el negocio que anuncia su cierre. El objetivo sería que en el barrio se pueda encontrar lo que cualquiera pueda necesitar. Ese es otro de los cambios que  se necesitan. No solo una mejora viaria integral o la rehabilitación de las viviendas. Es preciso que el barrio no quede varado en un tiempo que desaparece. Ignoro donde podría comprar mi madre  ahora si viviera. Tendría dificultades, seguro, porque nadie tiene en cuenta a las gentes que envejecen. Y eso también lo cubría Almacenes León.  De momento, entre lamentos y alguna lagrima furtiva, nos conformaremos con el 'martes', ese mundillo multicolor y multirracial en el que los más antiguos de Toledo se  encuentran, se saludan y se preguntan por la salud.