«La corrupción juzgada es la punta del iceberg»

Hilario L. Muñoz
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El juez Joaquim Bosch visita Ciudad Real este sábado para presentar su libro 'La Patria en la Cartera', un texto en el que reflexiona sobre la corrupción que ha habido en democracia

«La corrupción juzgada es la punta del iceberg»

Joaquim Bosch publicó en 2022 La Patria en la Cartera, un libro en el que reflexiona sobre el papel de la corrupción en la democracia, pensando en de dónde viene y su actualidad. A partir de ahí su voz se ha escuchado por cientos de ciudades. Este sábado llega a la residencia Santo Tomás, a las 12.30 horas, traído por un grupo de lectores que le pidieron una presentación de su libro en Ciudad Real. 

Su libro plantea la corrupción como problema histórico. 

Analizo casos de corrupción desde la Edad Media, pero, me centro en esta etapa democrática, con el antecedente del franquismo que asentó hábitos que luego continuaron. Después nuestro sistema democrático ha generado dinámicas que están muy instaladas y que son difíciles de erradicar. La muestra más clara es que todos los principales partidos han tenido casos muy graves de corrupción que, en gran parte, han afectado a su financiación. Eso es lo que dicen las sentencias, por tanto, el tema es preocupante porque contamina todo nuestro sistema institucional.

¿Cómo llega un juez a plantearse este tema?

Yo he estado destinado principalmente en juzgados valencianos y desde el minuto uno me tocó imputar a muchos alcaldes y concejales por corrupción. Entonces, uno empieza a hacerse preguntas. La percepción es que la corrupción que llega a los juzgados es la punta del iceberg. De hecho, esto es lo que pasa en muchos delitos, como los robos habituales. Sería una ingenuidad pensar que no pasa lo mismo en casos en los que participan auténticos profesionales de la delincuencia económica. Cuando uno va reflexionando y estudiando el problema, constata que es un síntoma de insuficiencias en la calidad democrática, que no es meramente un problema de delincuencia. Es un problema de cómo está configurado nuestro sistema institucional, que necesita de reformas importantes. Es un dinero que se pierde en la dotación de servicios públicos, de prestaciones sociales. En los países que tienen niveles muy bajos de corrupción, todos, sin excepción, son los que tienen mayor calidad de vida económica del mundo. Por ello, en la medida, en que crezcamos en calidad institucional y reduzcamos los niveles de corrupción, también creceremos en calidad de vida económica.

¿Este libro le ha supuesto perder algún amigo?

Este libro no me ha costado el disgusto de ningún amigo, pero sí sé que hay bastantes políticos y gente del mundo empresarial a los que el libro ha molestado. Yo en el libro opino relativamente poco, analizo centenares de sentencias y los hechos probados. No es que opine que los principales partidos de España se han financiado gracias a la corrupción, es que es lo que dicen las sentencias. Además, sentencias en muchos casos con el reconocimiento de los acusados. A partir de estos datos, creo que es muy difícil desvirtuar la gravedad del problema.

Por eso el libro se subtitula, Pasado y presente de la corrupción, porque no se habla de cómo evitarla sino de lo que ha ocurrido. 

El pasado es importante para ver qué estructuras institucionales han quedado dañadas en nuestro país y por qué nuestro sistema democrático no ha sido capaz de corregir esas patologías. Ya no podemos echar la culpa a lo que pasó en el franquismo, y mucho menos en la Edad Media. Lo que ocurre ahora es responsabilidad de nuestros dirigentes políticos.

¿Qué papel cree que juegan dentro de esa patria en la cartera Castilla-la Mancha?

Mi impresión es que en poblaciones como Ciudad Real es más difícil que se puedan generar grandes pelotazos, sobre todo, en ayuntamientos pequeños y medios, porque para ello hace falta mover muchísimo dinero. Normalmente, la corrupción más dañina es aquella que tiene la posibilidad de mover grandes dotaciones presupuestarias. Cuanto más grandes son las construcciones, cuanto más costosas son las operaciones urbanísticas, es más probable que haya  corrupción. Mi impresión es que en Castilla-La Mancha, y más concretamente en la provincia de Ciudad Real, sí que existe una corrupción de baja intensidad, de menores cuantías, que apenas está detectada, pero que forma parte de las rutinas de determinadas instituciones. Lo que pasa es que probablemente la lupa no se ha puesto lo suficiente.

Después de dos años de haber escrito este libro, piensa que debería hacer una segunda parte, hablar de nuevos casos.

Desde luego, si quisiera escribir una segunda parte, en estos dos años han surgido casos de sobra para hacerla. Estoy escribiendo actualmente otro libro sobre los peligros para la estabilidad del sistema democrático, por el avance de los discursos antidemocráticos o antiliberales. Es cierto que el problema sigue estando ahí y que algunas cuestiones no se resuelven y pondría dos ejemplos. El control interno en las instituciones contra la corrupción es importantísimo, ahí hacen falta profesionales independientes y parciales, pero los partidos políticos en España tienen situados a dedo, en cargos discrecionales, cerca de 100.000 cargos de confianza. En segundo lugar, tenemos una enorme discrecionalidad todavía en materia de contratación pública, que es la que está detrás de muchos casos de corrupción. Es el tema de los sobrecostes, aquello que se llamó la España del despilfarro, que, en muchos casos, son casos de corrupción detectados o no.