La fiesta de la Pandorga, marcada por la tradición, es una de las más esperadas del año por los ciudadrealeños y ciudadrealeñas. La capital manchega, además, recibe estos días a cientos de personas llegadas de otros puntos de la región y de España.

¿Con qué expectativas se presenta esta edición de la Pandorga? 

Con las expectativas de marcar un nuevo comienzo de la fiesta más popular de la ciudad. La Pandorga está muy arraigada en Ciudad Real y es muy conocida en la provincia y en la región, pero le falta un impacto mayor a nivel nacional, y queremos empezar a dárselo. Este año no lo vamos a conseguir del todo, por el poco tiempo que hemos tenido desde la toma de posesión para introducir planteamientos más novedosos.

¿Les ha dado tiempo a preparar alguna novedad?

Vamos a recuperar ciertas cosas que se habían perdido estos años y que habían perjudicado a la fiesta, como el tema de horarios o el hecho de no expandir la Pandorga a otros escenarios de la localidad. En esta ocasión, también habrá un escenario en la plaza del Pilar, además del tradicional de la plaza Mayor. Los toros de fuego también recuperan su horario, así como el acto de proclamación del pandorgo, mucho más ajustado a la climatología de la ciudad. Asimismo, vamos a prescindir del excesivo protocolo político que se había planteado en la anterior edición: lo que a nosotros nos interesa es que venga la gente, aunque todos los políticos que vengan siempre serán bien recibidos. Queremos impactar mucho más en la atracción popular que supone la Pandorga para los vecinos de Ciudad Real y también de la provincia y de la región, que son lo que, al final, nos van a dar esa proyección nacional.

La concejala ha tenido apenas unos días para preparar una Pandorga que estaba sin ningún tipo de programación definida. Y no es algo extraño, ya que el año pasado se conocieron detalles del programa prácticamente el día antes. En nuestro caso ha sido más forzado por las circunstancias que por nuestra voluntad, porque pensamos que eso es contrario a la promoción de las fiestas. Hay que anunciarlas con tiempo suficiente y atraer nuevos eventos relacionados con la tradición de la Pandorga, con la ofrenda a la Virgen del Prado. Es su razón de ser y en eso queremos profundizar en los próximos años.

El concurso de limoná agotó los puestos en apenas una hora. ¿Se espera una alta participación en los eventos programados?

Es un éxito. La participación en el concurso ha ido creciendo año tras año y, en esta edición, tenemos récord con 150 puestos. Como todos los años, se celebrará el concurso oficial y el menos oficial. El Ayuntamiento será absolutamente tolerante con todos aquellos que quieran unirse a la celebración. Queríamos ponerle un límite porque si no, era imposible manejarlo. Habrá, también, novedades en el desarrollo del concurso para que luzca más.

El retorno de gente de Ciudad Real es un sentimiento muy importante que queremos recuperar. Son días en los que te encuentras con gente que no has visto durante años. A lo mejor no vienen todos los años, pero les gusta aparecer de vez en cuando por la limoná o el día de la Pandorga.

¿La zurra mantiene formato y escenario? 

Sí, mantenemos el formato y el escenario dentro del auditorio de La Granja. Tiene sus pros y sus contras, pero igual que decimos que hubo cosas que no nos gustaron, esa fue una solución que se buscó el año pasado y no funcionó mal. Es verdad que se genera mucha suciedad dentro del auditorio, pero también es cierto que se limpia con más facilidad. Lo que sí hacemos es organizar mucho mejor el tema de la pradera y el concurso oficial, para que quepan esos 150 puestos, estén más cómodos y tengan más luz.

La tradición es la seña de identidad de esta fiesta y los niños y jóvenes sus garantes. ¿Qué papel desempeñan en la Pandorga? 

La Pandorga tiene futuro: no hay nada más que salir esos días a la calle y ver a los chavales vestidos con sus camisetas blancas y sus pañuelos. Cuando una fiesta tiene eso, tiene futuro. Lo que le corresponde al Ayuntamiento, pero también a las peñas, asociaciones y colectivos de la ciudad, es involucrarlos en más cosas. Por ejemplo, la concejala de Festejos ha tenido especial interés en que en el desfile de la ofrenda a la Virgen haya el mayor número de gente vestida con trajes típicos de nuestra tierra. 

¿Cuál es la estrategia a seguir para lograr la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional?

Lo primero de todo es ampliar el contenido de la Pandorga, sin inventar nada extraño; introducir elementos para que se implique más la sociedad y recuperar ciertos valores tradicionales relacionados con nuestro sector primario y, evidentemente, con la Virgen del Prado. Y también es vital una mayor promoción de la fiesta.

¿Ve factible que se pueda conseguir este objetivo a lo largo de la presente legislatura?

Ese es el objetivo. Este primer año es de comienzo, pero la próxima edición lo haremos de una forma más clara. Vamos a necesitar la colaboración de la Diputación y de la Junta de Comunidades para que el impacto de la Pandorga se note más, para que esta fiesta, que ya es muy conocida, atraiga a más gente.

¿Se han planteado la posibilidad de establecer el 31 de julio como festivo local? 

Es complicado. Hubo un momento en el que, incluso, se planteó fijar el 1 de agosto como fiesta local, ni siquiera el 31 de julio, algo que no parece muy lógico. Es un tema secundario para mí, lo importante es que la gente siga disfrutando de la Pandorga y le demos motivos para tener más ganas de venir a esta fiesta y de salir y participar en un mayor número de actividades. Con eso, seguro que tenemos un resultado positivo en la declaración nacional.

Por último, ¿qué impacto económico tiene esta fiesta en la ciudad?

Tiene un impacto muy grande. Además, de cara a la declaración, tenemos la intención de trabajar con colectivos, para que nos hagan un estudio pormenorizado del impacto relacionado con el sector hostelero y no sólo de la Pandorga, también de otros eventos sociales y culturales, como la Semana Santa. El objetivo es ponerlos de relieve e involucrar aún más si cabe a toda la sociedad, que la gente sea consciente de lo que mueven a nivel económico.