Ciudad Real triplicará su potencia fotovoltaica

H. L. Muñoz
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El delegado de Desarrollo Sostenible señala el esfuerzo que se realiza por acortar los plazos y apunta a que se están planificando corredores verdes en la provincia

Ciudad Real triplicará su potencia fotovoltaica - Foto: L.T

La provincia de Ciudad Real triplicará su potencia energética en un corto periodo de tiempo si todos los proyectos de grandes plantas fotovoltaicas que se han solicitado llegan a autorizarse. Esta es la situación que muestra «el boom» que se está habiendo con las energías renovables y que conlleva que el trabajo en la Consejería de Desarrollo Sostenible para autorizar estos planes se haya multiplicado exponencialmente, entre empresas interesadas, ayudas a conceder y la planificación para que estas plantas no impidan disfrutar del paisaje y se garantice la agricultura y la diversidad animal de la provincia.

En datos resumidos hay en la provincia de Ciudad Real 1.327 megavatios de potencia ya instalada, incluyendo los pequeños productores; durante el año 2022 gracias a ese trabajo se han autorizado 971 megavatios en 52 grandes instalaciones y en trámite hay 96 proyectos que suman 1.677 megavatios. «Hay declaraciones que van a ser favorables y otras que no», señaló el delegado de la Consejería de Desarrollo Sostenible, Fausto Marín, quien no hace la suma completa de la potencia instalada, la autorizada y por instalar, sino que prefiere hablar de «más de 3.000 megavatios». Los 4.000 se alcanzarían cuando se abra la opción de ampliar los parques fotovoltaicos ya construidos, lo que está próximo a ocurrir. «Es un boom y tiene que ser el futuro y es el presente», señaló Marín, recordando el potencial que tiene Ciudad Real para las renovables, ya que además de esta producción de energía gracias al sol, hay también cinco instalaciones de energía eólica que suman 202 megavatios y otros 100 de plantas de biomasa.

«Esto es una avalancha y los funcionarios trabajan a diestro y siniestro», no solo se trata de autorizar la planta, porque hay muchos trabajos por cada proyecto. «Desde que empieza la solicitud en Industria, luego pasa por medio ambiente, medio natural y se manda a la Dirección General de Transición Energética». Se trata de «un procedimiento largo» para el que se han contratado más de un centenar de trabajadores en toda Castilla-la Mancha y varios de ellos en la provincia de Ciudad Real, para «tardar lo mínimo posible» en lo que es la evaluación y autorización por parte de la Delegación.

A esto hay que sumar que la delegación se encuentra tramitando las ayudas a quienes han instalado plantas fotovoltaicas. «Nos habíamos marcado seis meses para las ayudas y nos estamos yendo a ocho o nueve», ya que deben analizar las instalaciones, el alta de la instalación de autoconsumo de la que se ocupa la Delegación.

Por último, esta ingente labor ha sumado un trabajo a «contrarreloj» para que estuvieran las declaraciones de impacto ambiental de «aquellas plantas de más de 50 megavatios» y que el Ministerio dio un plazo para que estuvieran listas.

Retos. El desarrollo de esta producción energética cuenta con varios retos a los que enfrentarse, más allá de la carga de trabajo en la administración y que es clave para el futuro de Ciudad Real. El primero es la concentración, ya que las grandes plantas se encuentran vinculada a los grandes nudos de evacuación de energía eléctrica a la red. Alcázar de San Juan, Brazatortas, Manzanares y Ciudad Real, tienen estos puntos y en su entorno se ubican las instalaciones. Como ejemplo, hay zonas donde puede haber 10, 14 o 15 plantas fotovoltaicas, lo que ha hecho que a la hora de autorizarse no solo se vea cómo afecta una sola planta, sino cómo lo hacen en conjunto. La intención es «idear corredores ecológicos para que no merme la biodiversidad de la fauna y de la flora», dijo Marín. «Estamos ideando, programando y dibujando sobre el mapa corredores e infraestructuras verdes, corredores ecológicos para los animales e infraestructuras verdes para las personas».

Además, Red Eléctrica Española optó por ampliar la capacidad de las subestaciones, en vez de construir nuevas. Por este motivo, hay comarcas, que están cerca a nudos de alta tensión y que habían pedido subestaciones eléctricas, pero no se han aprobado. «Si se hubiese hecho un nudo de evacuación, ese hubiese sido otra zona y no tendríamos esta problemática que estamos teniendo».

Por último está la agricultura, ya que el objetivo es que las fotovoltaicas y la agricultura puedan convivir, por lo que se opta porque las grandes se centren en zonas que sean «malas tierras de labor». Un ejemplo, indicó, está en Manzanares, donde hay zonas de regadío que siguen siendo de regadío y otros espacios sin vegetación que es donde se están construyendo las plantas fotovoltaicas.