Ciudad Real progresa adecuadamente. En época de recoger notas y calificaciones, el Instituto Nacional de Estadística, el INE, mejora de forma considerable las estimaciones de población que realiza en cada territorio para los próximos años. Si en 2020 calculaba que se perderían unos 50.000 habitantes en poco más de diez años y solo quedarían 442.000 habitantes en toda la provincia, ayer modificó al alza esas expectativas para decir que en 2035, Ciudad Real no solo no perderá habitantes, sino que los ganará. Vivirán en la provincia más personas de las que viven hoy: más de 493.000 frente a los 491.127 habitantes que recoge la última fotografía de la demografía provincial que realizó el padrón a inicios de año. Aunque eso no supone que el fantasma de la despoblación desaparezca: desde el año 2030, Ciudad Real volverá a descontar habitantes.
El propio INE reconoce que estas proyecciones lo que vienen a mostrar es la evolución que seguiría la población de España, en las comunidades autónomas y en las provincias en el caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales. «No constituyen una predicción, en el sentido de que no tienen como objetivo determinar cuál es la evolución más probable», explica el instituto estadístico, que sí da pistas de por dónde va ese cambio de tendencia que espera en los próximos años. Y la clave volverá a ser la población inmigrante. Las cuentas del INE prevén que Ciudad Real gane en los próximos quince años más de 30.000 extranjeros. Hoy son 45.000. En 2039 serían 76.600. La estimación es que entonces, al final de la próxima década, casi el 16% de la población que viva en la provincia sea de origen extranjero, lejos del 40% de foráneos que se espera que vivirán en Alicante o el 38% en las Islas Baleares.
Lo que no cambia es la tendencia de que cada vez vivirán menos españoles aquí. Hoy son 447.000 nacionales que residen en la provincia. Dentro de 15 años se prevé que sean unos 413.000. Sí modifica el INE que en ese horizonte demográfico, Ciudad Real se convertirá en tierra de acogida, cada vez más, de gente llegada de otros puntos del país. La provincia está en la dinámica de aspirar a recibir a casi 9.000 personas al año que habrán hecho las maletas para mudarse a Ciudad Real allá por 2039, si se mantienen las condiciones actuales.
Otro factor que ayudará a que Ciudad Real gane población es el de los nacimientos. No será un baby boom, se seguirá lejos de las cifras de alumbramientos de los años 70 del siglo pasado, pero nacerán más niños y niñas. Algo que ya está pasando de hecho este mismo año. En 2024, hasta abril, están llegando al mundo más bebés que el año pasado. Y eso no ocurría en esta provincia desde 2015. Aun así, seguirán muriendo más personas de las que nacerán. Eso pasa ahora y pasará también en 2039. Y aunque el INE prevé que haya un descenso de la mortandad de aquí a que acabe la década de los años 20, la de los 30 traerá un repunte del número de fallecidos en la provincia hasta llegar a las 5.500 defunciones. Para entonces se calcula que habrá unos 3.500 partos.
Y mientras eso pasa, los ciudadrealeños vivirán cada vez más solos. En las proyecciones de hogares que también publicó ayer el INE, el modelo de hogar más común seguirá siendo en los próximos años el de aquellas personas que viven sin compañía. Se estima que en 2039, hasta 80.000 ciudadrealeños no compartirán vivienda con nadie más. Uno de cada tres hogares. Para el año 2036 se espera que los hogares individuales doblen el número de casas en las que viven, al menos, cuatro personas.