Crecen las colas para pedir alimentos y la demanda de ayuda

Manuela Lillo
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El Banco de Alimentos, Cruz Roja, Cáritas y las Hermanas de la Cruz apuntan a la crisis económica y laboral causada por la pandemia y que golpea ahora a más familias

Crecen las colas para pedir alimentos y la demanda de ayuda - Foto: Rueda Villaverde

Las llamadas colas del hambre que se vieron en las primeras semanas del confinamiento no son unas imágenes del pasado, sino que se siguen produciendo e incluso de forma acrecentada en la provincia de Ciudad Real, donde las principales organizaciones sociales hacen un llamamiento a la solidaridad para afrontar esta situación.

«Estamos desbordados», afirma con preocupación el presidente del Banco de Alimentos de Ciudad Real, Segundo Alcázar, sobre las peticiones de ayuda de muchos vecinos que se ven obligados a acudir al reparto de comida para cubrir sus necesidades más básicas. De hecho, comentó que incluso ahora la situación es aún peor que al inicio de la pandemia. «En marzo había más gente que tenía trabajo, pero ahora no», apunta en referencia a la crisis económica derivada del coronavirus y que está provocando largas colas en la puerta de su sede en los días del reparto. En total, estima que unas 1.200 personas se pueden atender a la semana.

Por eso considera que toda la ayuda es poca para seguir garantizando el suministro de alimentos aunque agradece y reconoce todo el apoyo que llega de empresas, entidades y particulares. Lamentablemente -prosigue- el ritmo de demanda «crece cada día» y la ‘maquinaria’ para garantizar los alimentos requiere de mucho esfuerzo. «El Banco de Alimentos lanza un SOS», clama al mismo tiempo que matiza que se requiere tanto de aportaciones económicas como de alimentos o productos de higiene. «Se necesita de todo: pañales, cepillos de dientes, gel y, por supuesto, comida».

Además, avanza que la previsión es que este año no se desarrolle la Gran Recogida, la campaña que organizan cada año los Bancos de Alimentos a las puertas de la navidad, sino que se realizará mediante asignaciones a través de establecimientos para así poder adquirir los bienes que se necesiten en cada momento.

«Lo que más se ve es la crisis sanitaria, pero la otra, la económica, está detrás, sigue ahí y no a ser fácil acabar con ella», afirma a este diario la presidenta de Cruz Roja Ciudad Real, Rosario Lafuente, quien puntualizó que quizás la crisis económica no ha hecho más que empezar debido al aumento del paro y la situación de ERTE que afecta a muchos trabajadores.

«Hay muchas familias que nunca pensaron estar en esta situación», afirmó la responsable de esta entidad solidaria, quien constató que hay «un incremento» de las peticiones de ayuda en comparación con el inicio de la pandemia y que no sólo afecta a colectivos marcados por la exclusión, sino también a otros que «han perdido sus trabajos». Además, matizó que «afecta mucho más a las mujeres» debido a que tienen «condiciones económicas más precarias» y ahora se han visto golpeadas en mayor medida por la crisis derivada del COVID.

cruz roja responde. «Va a ser un camino largo, hay que seguir trabajando», detalló para indicar que si bien la crisis sanitaria ha sido muy grave y que causado muchas muertes, también lo será la crisis económica y laboral que ha traído consigo, razón por la cual esta ONG decidió prorrogar hasta el 31 de diciembre el Plan Cruz Roja Responde que puso en marcha de manera excepcional por el COVID-19 y que en un principio sólo estaba previsto hasta el 31 de mayo. Eso no quiere decir que termine a final de año, cuando de nuevo podría ser revisado, apostilla.

Lo que tiene muy claro Lafuente es que la sociedad en su conjunto conseguirá plantar cara al virus y salir de la situación a través de la responsabilidad y de la solidaridad de todos. Por esta razón, sólo tiene palabras de agradecimiento una y otra vez para los voluntarios y todas las personas de Cruz Roja que durante la pandemia estuvieron «al pie del cañón», llevando la comida a domicilios de mayores, ayudando a menores para seguir con sus estudios o haciendo acompañamiento telefónico a mayores.

«La solidaridad, la fuerza del ser humano hará que seamos capaces de acabar con ello», dijo para indicar que en los momentos de dificultad es también cuando el ser humano saca lo mejor de sí mismo en forma de una solidaridad y generosidad que se siguen necesitando.

a las puertas del convento. También constatan la gran demanda de alimentos las Hermanas de la Cruz de la capital. Desde su convento de la plaza de Santiago reparten cada día carros llenos de comida para las familias que lo necesitan. «Desde que empezó la pandemia esto no ha parado, sigue habiendo mucha gente», comentó una de las hermanas a este diario, quien indicó que de lunes a viernes reparten a quienes previamente han hecho cola para coger número.

No obstante, el gran esfuerzo que les requiere ha hecho que hayan pasado de entregar 40 a 20 carros diarios que llenan de todo tipo de alimentos, los cuales reciben gracias a donaciones de hermandades, particulares o los recursos de la propia Diócesis.

la labor de cáritas. Del mismo modo, desde Cáritas Ciudad Real afirmaron que «el ritmo sigue siendo alto, siguen llegando muchas personas a Cáritas», explicó Loli Olmedo, coordinadora del programa de acogida y acompañamiento, quien detalló que se ha establecido un sistema de cita previa para evitar aglomeraciones o colas que puedan derivar también en contagios, de igual manera que en muchos casos se les facilita la ayuda a través de transferencia bancaria o vales para compras.

En cuanto al perfil de quienes llegan indicó que si bien hay muchas familias que ya conocían, también hay otras «nuevas» que se están enfrentando ahora a esta situación y que en muchos casos se corresponde con personas cuyos ingresos llegaban con contratos en precario o que estaban en la economía sumergida y que ahora carecen de recursos. En este sentido, comentó que en muchos casos han estado dos o tres meses sin trabajar a causa del confinamiento y eso también les ha hecho gastar sus ahorros -quienes los tenían- por lo que fue «en mayo» cuando empezaron a llegar muchos de esos nuevos demandantes de ayuda. Entre los perfiles más vulnerables, Olmedo apuntó también al de los refugiados que tenían solicitado el asilo y que al haberles sido denegado «se quedan en una situación irregular».

A toda esta situación se suma ahora la vuelta al ‘cole’, que incrementa los gastos para las familias, y el hecho de que «las ayudas no están llegando como todo el mundo esperaba». Afirma que la tramitación del Ingreso Mínimo Vital «no es fácil» y que «la ayuda extraordinaria del COVID que sacó la Junta en abril está empezando a llegar ahora tras la avalancha de solicitudes», por lo que comentó que son medidas que generan mucho debate político y social, poniendo en muchos casos el foco en estos colectivos, cuando las ayudas no están llegando con agilidad a las familias que lo están pasando mal. Por todo ello, destacó la ayuda que viene prestando y va a seguir prestando Cáritas, «dentro de los recursos que tenemos», puesto que en gran medida se financia con aportaciones y sin embargo «las colectas de las parroquias han bajado muchísimo». «Va a ser una crisis que va a perdurar en el tiempo», lamentó.