Los comercios tradicionales forman parte del patrimonio histórico y cultural de una ciudad. Son parte del alma de la ciudad. Actualmente, el comercio tradicional de proximidad está atravesando malos momentos. En los últimos años han ido cerrando su actividad longevos establecimientos comerciales y de servicios singulares que se encontraban ubicados en los centros de las ciudades. Establecimientos históricos que confieren identidad local y singularidad propia a cada ciudad. Sin embargo, el proceso de homogeneización de la oferta comercial en las ciudades, con presencia de las mismas marcas comerciales, ya sean franquicias o comercios de conocidas firmas y su implantación en las zonas céntricas han hecho que muchos de los locales que antes albergaban comercios tradicionales donde compraban nuestras abuelas y padres hayan ido desapareciendo progresivamente. En estos años han cerrado tiendas, comercios y negocios que durante mucho tiempo fueron cédula de identidad de localidades y estampa y reclamo para la sociedad de consumo, hasta tal punto que encontrar una tienda de toda la vida se ha convertido en una rareza.
Basta dar un paseo por las calles del centro de Ciudad Real para recordar tiendas de antaño que han desaparecido y que formaban parte de la vida de los vecinos. Comercios de gran arraigo que, por diferentes motivos, han acabado por sucumbir. Entre estos establecimientos que han desaparecido de la geografía local están los populares Almacenes de los Reyes.
Corría el año 1925 cuando los hermanos de los Reyes Cabanillas fundaron un negocio textil en la planta baja del singular edificio de la calle Mercado Viejo, número 1, declarado en la actualidad Bien de Interés Cultural y que fue proyectado en 1911 por el arquitecto Florián Calvo Rodríguez.
Almacenes de los Reyes, el referente del comercio provincial - Foto: Rueda VillaverdeUnos años más tarde, Almacenes de los Reyes trasladaron el negocio a un inmueble de la calle Toledo. El éxito, prestigio y popularidad que adquirió este negocio en toda la provincia motivó que sus instalaciones no podían dar respuesta a la demanda que existía. Ante esta situación, en 1955, Mariano de los Reyes construyó un edificio de nueva planta en la esquina de la calle Alarcos con la plaza de Cervantes. Se trataba de un edificio de planta baja y dos alturas, con grandes escaparates tanto en la planta baja como en la primera, tal y como se puede observar en la fotografía antigua. Era una tienda de grandes dimensiones donde se repartían las diferentes secciones con que contaba entre las tres plantas existentes.
Entre los numerosos empleados que tuvo Almacenes de los Reyes estuvieron el popular comentarista deportivo Joaquín Muñoz, que combinó su actividad periodística con la de dependiente del establecimiento hasta su jubilación del mismo.
El nuevo establecimiento pronto se convirtió en referente del comercio textil en Ciudad Real y provincia. Mariano de los Reyes y sus hijos Mariano, Francisco y Rafael (conocido popularmente por Falete) regentaron el negocio hasta 1995, fecha en la que el inmueble fue vendido y sobre su solar se construyó el actual edificio de siete alturas.
El edificio de los Almacenes de los Reyes, tras su demolición, quedó en el recuerdo de los ciudadrealeños, no sólo por el valor patrimonial de su arquitectura o decoración, sino también por su conexión con la historia y cultura local de la ciudad, siendo un icono para muchas generaciones de residentes y visitantes, y, por tanto, un elemento más de diferenciación y singularidad propia.