El ilusionista ciudadrealeño Carlos Rubio se proclamó la semana pasada vencedor en el Campeonato de España de Magia celebrado en Valladolid al abrigo del Congreso Mágico Nacional. En la categoría de mentalismo, en la que concurría Rubio, el primero puesto quedó desierto y a él le correspondió el segundo lugar.
Rubio reconoció a La Tribuna que este galardón le ha cogido un poco por sorpresa, pues «es la primera vez que participo en este tipo de concursos a este nivel», aunque al mismo tiempo reconoce que ya ha obtenido algunos premios en otros certámenes con no tanta exigencia.
Para el mago ciudadrealeño, este triunfo será «un punto de inflexión en mi carrera», pero también una responsabilidad, puesto que a partir de aquí se le abren las puertas a otro tipo de competiciones a escala europea o mundial.
El manchego Carlos Rubio, el mejor mago - Foto: LTRubio empezó a formarse como mago en casa, con su padre, Venancio, que en verano recorre el mapa bajo la identidad del mago Venchi. «Desde niño no conocí otra cosa, iba a las actuaciones de mi padre de pueblo en pueblo con mi madre y mis hermanos», rememora.
Paulatinamente, fue empezando a colaborar en escena con su padre, con lo que aprendió directamente de él «y de otros compañeros suyos», entre los que incluye al afamado Juan Tamariz, del que se también se considera discípulo.
El mundo del ilusionismo es tan amplio que es complicado profundizar en las especialidades sobre las que trabaja cada mago, pero en el caso de Carlos Rubio, «no me quiero limitar», por lo que intenta mantener sus objetivos abiertos, «aunque hay cosas que hago un poquito menos». Eso sí, donde se encuentra más cómodo es en el campo del mentalismo. Otra de sus características es que «siempre intento introducir un rasgo de humor».
En cuanto a la relación con el público, el mago invita a acudir a los espectáculos a dejarse envolver por la ilusión, aunque reconoce que «siempre hay alguien que se toma como un reto descubrir el truco, es muy humano», confiesa.