La tendencia es que los ciudadrealeños se van adaptando a que el consumo de alcohol en la vía pública esté vetado en todos los espacios, salvo en las fiestas. Así lo indica la concejala de Sostenibilidad, Mariana Boadella, con los datos de los expedientes sancionadores en la mano y que tras dos años de aumento, el año pasado se quedaron en la mitad estos expedientes, pasando de 641 a 357. La cifra es alta comparada con los años previos a la pandemia, en que estas multas se encontraban en el centenar, pero son similares a cuando se empezó a aplicar la ordenanza de Convivencia y Ocio y el botellón solo se podía hacer en Echegaray. Hace una década había unas 250 sanciones al año.

La edil de Sostenibilidad explicó que «es una buena noticia» que se reduzcan estos expedientes y muestra que el botellón, en 2022, se ha convertido en algo anecdótico, «conatos puntuales», que se solventan con sanciones. «Esa reducción muestra que nos hemos adaptado a nuevas formas», dijo Boadella, quien recordó que en el pacto del Gobierno estaba poner fin a esta práctica y que la intención es que no regrese.

Para la concejala, la clave de esta situación se encuentra en un cambio de «hábitos culturales». «Hay alternativas», y, en los últimos encuentros entre Consejoven y Ayuntamiento, se sentaron las bases para crear una mesa de trabajo, «un foro relativo al botellón», en que se aborden estas situaciones y se planteen aspectos claves como lo que se puede hacer en las fiestas, único momento del año en que sí se ha permitido el consumo de alcohol en la calle. «Hay que sentarse y debatirlo», comentó Boadella, quien dijo que la intención municipal es reducir aún más estos expedientes, con ese apoyo a otros modos de divertirse.

El fin del botellón supuso el inicio de las fiestas en los hogares y, al igual que con el consumo de alcohol, los expedientes, por estos motivos, han caído. En este caso, tras un 2021 en que las multas por ruidos se elevaron a cifras no conocidas hasta ahora, 222, el pasado año solo hubo 86. «Creo que es lo mismo que con el botellón, nos volvemos a adaptar», dijo Boadella, quien señaló que al inicio de esas fiestas se ocasionaron muchas molestias a los vecinos, ahora se hacen en horarios diferentes.

Mientras, Boadella se mostró preocupada por el incremento de sanciones por ocupación de la vía pública, terrazas, que ha habido. Hay 78 expedientes abiertos, cuando en 2021 fueron 35, y con varias las multas impuestas por «invadir la zona de tránsito peatonal». Se trata de una preocupación municipal porque es «algo que se debe respetar» y siempre que «se detecta, se sanciona». Boadella señaló que «hay más terrazas desde la pandemia», se ha pasado de 160 a unas 200, la mayoría de tipo anual, por lo que es normal que haya más sanciones y una mayor inspección, que es en lo que está trabajando el Consistorio.

Por último, de las sanciones de Sostenibilidad del año pasado destacan otros dos aspectos, un incremento de las sanciones por tenencia de animales, sobre todo por llevar perros sueltos, y de la venta ambulante, un fenómeno que puede ser debido a que tras la pandemia haya algunos vendedores que no hayan solicitado sus licencias. 

La Línea Verde aumenta con el trabajo realizado en los barrios

La Concejalía de Sostenibilidad atendió durante el año pasado un total de 2.671 incidencias remitidas a través de la Línea Verde, lo que implica un incremento del 40 por ciento respecto al año anterior, y del 50 por ciento, respecto al dato que se registró en 2019, antes de la pandemia. De estas incidencias destacan las 746 en las que se indicaban aspectos de limpieza, 291 más que en 2021; y las 488 de parques, 200 más también que el año pasado. La edil recordó que este aumento se debe a un mayor uso de la aplicación para remitir incidencias y puso el acento en el proyecto que está desarrollando Geo Alternativa en los barrios de La Granja y de plaza de toros para enseñar a los vecinos cómo se usa la aplicación. «Es una buena noticia que se sepa que las incidencias se pueden indicar y que respondemos».