De Medjugorje a Mora: la señal de la cruz

J. Moreno
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Una familia de Mora (Toledo) levanta una Cruz de ocho metros de altura y 800 kilos sobre un cerro. Una visita al pueblo bosnio de las apariciones de la Virgen inspiró a Vicky Millas

La Cruz, tumbada antes del levantamiento final sobre el cerro de ‘La Morejona’ en Mora.

Los hijos de Vicky mareaban la comida mientras digerían una frase ya indeleble en la familia. «Hay que poner una Cruz en Mora», soltó repentinamente la matriarca de los Millas, un apellido con peso en el pueblo. «¿Por qué?», preguntó intrigado Faustino aquel mayo de 2022 en Medjugorje (Bosnia y Herzegovina). 

Cuesta descifrar el nacimiento del insólito levantamiento de una cruz de hierro de ocho metros de altura y 800 kilos de peso en un cerro de Mora (Toledo). «Se le puso en el corazón», abrevia Faustino durante el relato que desovilla los pormenores del mandato audaz de su madre. La familia, cristiana practicante, visitó Medjugorje durante una semana de aquel mayo de 2022 en un viaje organizado por la congregación madrileña de las Hermanas del Amor Misericordioso. 

El pequeño pueblo bosnio, a un paso de la frontera con Croacia, abriga desde hace 40 años el testimonio de apariciones de la Virgen. Millones de católicos han viajado para empaparse de los mensajes marianos. «Paz. Inspirado por la Virgen en Medjugorje», reza la placa que acompaña esa imponente Cruz de hierro que corona el cerro de 'La Morejona' de Mora. Vicky, ya septuagenaria, insistió durante un año a la familia que debía materializar ese designio nacido durante aquella comida de 2022.

La Cruz, tumbada antes del levantamiento final sobre el cerro de ‘La Morejona’ en Mora.La Cruz, tumbada antes del levantamiento final sobre el cerro de ‘La Morejona’ en Mora.Faustino cedió y caviló la consecución del deseo de su madre. La familia barajó primero el lugar apropiado y desempolvó el deseo de un antepasado, quien ejerció como cónsul español en Londres y dejó dicho que el cerro de 'La Morejona' debía albergar un latido religioso. «A ver cómo narices subimos la Cruz», retemblaba el hijo de Vicky por la imposibilidad de recurrir a la maquinaria. Entonces, su padre intervino: «Como toda la vida, con mulas».

Por entonces, Vicky había fraguado ya las dimensiones de la Cruz. Dividida en seis fragmentos de unos 140 kilos cada uno, la familia Millas se había juramentado para subir a pulso las porciones de hierro. Faustino logró las mulas en Talavera y resolvió así el transporte de la hormigonera, el cemento y el generador.

Amanecía ya sobre la tenaz familia moracha. Y el sábado 23 de abril de 2023, un equipo de 14 allegados confluyó en la ermita de Nuestra Señora de la Antigua, el lugar de devoción cuyo terreno cedieron antaño los Millas. Al frente, Óscar, ingeniero de Caminos y marido de la hija de Vicky, quien allanó las dificultades de las horas siguientes. A un paso de 'La Morejona', se aprestaban a soldar la Cruz en un campo amarilleado por una sequía de meses. Y justo ese día cayeron cinco litros por metro cuadrado, que arrastraron también la preocupación por una mala chispa.

El párroco de Mascaraque y Villaminaya, Juan Miguel González, y el de Mora, Santiago Conde, ejercieron de fedatarios espirituales en un proceso colosal para una familia. El equipo bregó durante cinco horas con la peliaguda colocación de la Cruz, fundida en esa comida en Medjugorje. 

Desde entonces, los curiosos observan la Cruz, se fotografían junto a ella y leen la placa anónima 'Paz. Inspirado por la Virgen en Medjugorje'. Siete palabras nacidas en el corazón de Vicky Millas.