Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


Ya están señalando al vino

13/06/2023

Se puede ver en las informaciones que circulaban ayer por los periódicos. En algunos rotativos se pudieron leer titulares de esta guisa: «La región planta cara al 'perverso' etiquetado de Irlanda para el vino». Y seguía con subtítulos apropiados al tema: «Una ley irlandesa, que entraría en vigor en el año 2026, incluye una etiqueta con los efectos nocivos del alcohol. Desde el 8 de diciembre hay un nuevo reglamento europeo que obligarán a poner un listado con información nutricional». Las empresas vitivinícolas están preocupadas, porque obligará a poner una etiqueta que meta en el saco a todas las bebidas alcohólicas. Ahora que las exportaciones del vino de Castilla La Mancha marchan viento en popa, llega este revés normativo. El pasado año alcanzaron los 706 millones de euros sus exportaciones. Bien se nota que la Vieja Europa ha dejado de leer las buenas noticias sustanciosas al respecto del vino «¿Qué es la vida falta de vino?», se pregunta en el Eclesiástico. En efecto, ¿qué sería sin él, durante la comida o durante una buena charla? El vino alegra el corazón del hombre. Y es frase bíblica. El Antiguo Testamento no se arredra de hablar del placer que le procura el vino, tomado, desde luego, con la moderación suficiente para que el ingenio no se enturbie y anule la alegría. 
Vinos de España, y de La Mancha, que «era leche materna» para Sancho Panza. Siempre estuvieron los manchegos luchando para mejorar la calidad de sus vinos. Hasta los más profanos de estos pagos conocen que el estudio científico del vino arranca de Pasteur. Los enólogos saben, por cierto, que hay magníficos especialistas ancestrales y modernos para convertirse en un tema de enorme posibilidad en nuestra región, y han versificado con tiento y sabiduría las variedades más idóneas de plantas. La indicación geográfica Vinos de la Tierra de Castilla, aprobada hace ya casi 25 años, y la DO Valdepeñas, regulada desde 1976. Los valdepeñeros 'chatean' con sus vinos de los que están fervientemente enamorados, Otros tanto sucede al resto de manchegos. Mantienen una sensibilidad especial para degustar y disfrutar de nuestros vinos. 
Tampoco nos creemos los pioneros ni los inventores del néctar de los dioses, porque sabemos que los griegos y romanos ya lo elaboraban y cuidaban al máximo, además de exportarlo en sus ánforas que llevaban el nombre y marca del producto grabadas en el asa como principio de las modernas denominaciones de origen. Hace más de 50 años, frente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca, había una taberna en cuyo reclamo en la pared, encalada en blanco, se leía: «Vino de Valdepeñas». El profesor y decano de la facultad de Letras Laínez Alcalá era asiduo cliente de esa taberna espaciosa. Compartimos tertulias con él varias jornadas. En una ocasión nos obsequió con una frase: «El vino de Valdepeñas se descompone en otras tres V: vivificante para el espíritu, vital para el cuerpo y viril para lo que se presente». Con su inseparable pajarita camisera, el viejo profesor tenía pinta de sabio. De pinta nada, lo era. Y en esas estamos.