El IEM honrará a Espadas Burgos

D. A. F.
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El Instituto de Estudios Manchegos reunirá a varios discípulos de quien fuera su director entre 1981 y 1988 el próximo 24 de noviembre

Manuel Espadas Burgos, ex director de la Academia de España en Roma y del Instituto de Estudios Manchegos. - Foto: PL

El historiador ciudadrealeño Manuel Espadas Burgos, fallecido el pasado 21 de mayo, dejó un amplio legado académico y humano en su paso por instituciones como la Escuela de Arqueología e Historia de España en Roma y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); pero también a escala local, donde fue director del Instituto de Estudios Manchegos (IEM) desde 1981 hasta 1988 y un miembro activo con numerosas publicaciones desde su ingreso, el 17 de marzo de 1972. Todo ello justifica el homenaje que se le organizará el 24 de noviembre, a las 18.30 horas, en el antiguo casino. 

El actual presidente del IEM, Alfonso Caballero Klink, detalló a La Tribuna que esta convocatoria surge del interés de sus propios discípulos que mostraron su disposición para que este recuerdo al maestro se materializara este mismo año.

En esta reunión, en presencia de su familia, que presidirán el propio Caballero Klink y el alcalde de Ciudad Real; Francisco Cañizares, intervendrán otros exdirectores del IEM, como Jerónimo López-Salazar y Francisco Alía; así como miembros de número, entre ellos, el expresidente de la Junta de Comunidades, José María Barreda, y Juan Manuel Carretero; además del también historiador, al igual que los anteriores, Juan Sisinio Pérez Garzón. «Cada uno de ellos, incluido yo, vamos a hacer una breve semblanza de su relación con Manolo Espadas», detalló Caballero. 

«Me gustaría que fuera un acto de reconocimiento y de homenaje a su figura como maestro y como amigo, que tenga ese toque de humanidad, de intimidad», insiste el presidente del IEM.

En cuanto al legado de Espadas al Instituto, resaltó la constitución de la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (Cecel), que aglutinó a todas las instituciones similares al IEM de todas las provincias y cuya asamblea fundacional se celebró en Ciudad Real. A ello sumó su contribución «a sacarlo de la ciudad, a hacerlo visible en España, dentro de la Cecel. Tanto él como la secretaria general, Ángela Madrid, que luego fue presidenta, fueron dos personas volcadas en dar a conocer el Instituto y conectarlo con el resto de instituciones que existían en España».

Otro plano que el presidente del IEM resalta de su antecesor es que «era una persona muy conciliadora, que aglutinaba, con una mente muy abierta», a lo que añadió su distancia con los radicalismos. 

Sus aportaciones al Instituto se encuentran también en las estanterías de muchos ciudadrealeños, puesto que son numerosos sus libros y los artículos que remitió al Cuaderno de Estudios Manchegos.

Al mismo tiempo, era una persona muy apegada a su tierra, con la que Caballero Klink solía coincidir, cuando estaba en Ciudad Real, en el mercadillo de los sábados, donde adquiría «las frutas y verduras de los hortelanos de la ciudad».