Los préstamos caen a su nivel más bajo desde 2005

R. Ch.
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Los bancos aseguran que no se conceden créditos porque no se piden y las pymes denuncian el endurecimiento de las condiciones para acceder a los euros

La banca señala a la caída de los créditos hipotecarios como una de las causas del descenso de los préstamos - Foto: Rueda Villaverde

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿El cierre del grifo del crédito hasta su cifra más baja en casi dos décadas se debe a que la demanda ha caído en picado o es porque los bancos han endurecido el acceso a esos euros? La realidad es que el dinero en préstamos bancarios que circula por la provincia de Ciudad Real se redujo hasta el pasado trimestre, hasta junio, a su cifra más baja desde el año 2005, según los datos que maneja el Banco de España, que cifra en 6.674 millones de euros el importe que familias, empresas y administraciones públicas deben, en forma de créditos, a un sistema bancario que cada vez fía menos. 

Y no se presta, según los bancos, porque no se pide dinero. Una visión que comparten también en las empresas. La patronal de las pequeñas y medianas empresas, Cepyme, señalaba esta misma semana al encarecimiento de los tipos de interés y la incertidumbre económica como los culpables de la caída de la demanda de préstamos en España. El ejemplo se ve en otra estadística. La de la compra de viviendas y la concesión de hipotecas. En lo que va de año los préstamos para comprar una casa presentan las cifras más bajas desde 2018 y el importe concedido cae también hasta su peor dato desde 2019, excluyendo el año COVID de 2020. 

«Ha bajado muchísimo la firma de hipotecas, no porque no se den préstamos por cuestiones de riesgo como en el 2008, sino que es todo por razón de precios: solo compra el que tiene dinero», sentencian fuentes bancarias consultadas por La Tribuna. Pero los propios empresarios también apuntan a que además de los tipos y los precios, los bancos están poniendo más difícil llegar a ese dinero. Las pymes «se enfrentan a una restricción y un endurecimiento de las condiciones crediticias y desde la pandemia, han sufrido un desgaste que ha deteriorado significativamente sus balances, lo que dificulta no solo acceder al menor crédito existente, sino también tener la capacidad para presentar las garantías exigidas para que les sea concedido un préstamo», apuntan desde Cepyme.

Un sector privado endeudado. En la provincia, el dinero que está concedido vía créditos desde la banca se divide entre lo que deben las administraciones públicas, 53,7 millones de euros, y el sector privado, que es el que más deuda mantiene: 6.620 millones. Para hacerse una idea, es casi la mitad de los más de 11.600 millones de euros que circulaban a finales de 2008. En 2012 el importe de los créditos bajó, por primera vez en cinco años, de la barrera de los 10.000 millones de euros, y solo en el último año, el dinero prestado por bancos y cajas se ha reducido en más de 450 millones de euros.

Una hucha de 10.600 millones. Si los ciudadrealeños, empresas, familias y administraciones, deben 6.674 millones de euros en créditos, los bancos guardan 10.613 millones de euros en depósitos del sector privado y público. Los datos son también del Banco de España hasta el mes de junio y apuntan a que esa bolsa de ahorros es cada vez un poco más grande, al menos entre las familias y las empresas.

Desde 2021 hay depositados en cajas y bancos más de 10.000 millones de euros. Hoy son casi 10.400. Solo a finales de 2022 hubo más dinero puesto en manos del sistema bancario en una provincia donde manda el ahorro. Desde la pandemia del coronavirus, los ciudadrealeños han apuntalado sus cuentas con 600 millones de euros más. Sobre todo, como viene pasando desde 2014, en cuentas a la vista, en cuentas corrientes, donde las cantidades depositadas pueden retirarse o transferirse en cualquier momento, sin previo aviso a la entidad. Ahí guardan los ciudadrealeños más de 9.100 millones de euros. El resto son depósitos a plazo. Casi 1.200 millones de euros con los que se consigue una remuneración a cambio de dejar el dinero en la entidad bancaria que lo comercializa durante un periodo de tiempo determinado.