"Las relaciones tóxicas tienen varios motivos pero daño similar"

María Albilla (SPC)
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Con más de 4.000.000 de ejemplares vendidos, Elísabet Benavent le presta a su nueva protagonista, Elsa Benavides, una parte de sí misma en una novela «trampantojo» con mucho fondo y en la que el amor a una misma es el ingrediente principal

"Las relaciones tóxicas tienen varios motivos pero daño similar" - Foto: Juan de los Mares

El amor mal entendido puede acabar en una relación tóxica que arrase con la personalidad de quien la sufre... En Cómo (no) escribí nuestra historia, la nueva propuesta de la valenciana Elísabet Benavent, hay mucho de eso, pero también trae moraleja. Y es que nacimos para ser felices, no perfectas.

Escritora de éxito, pelo verde, mujer valiente dispuesta a todo para recuperar su vida… Benavent y Benavides… No me cuadra entre Elsa y tú lo de la crisis creativa.

(Risas) Esta novela es un trampantojo. Imaginar también llega a lo más cercano y a desdibujar lo que tenemos cerca para inventárnoslo de nuevo.

Ahora en serio, ¿qué hay de ti?

Hay ese juego. Sí le he dado a Elsa aspectos físicos míos como el pelo o su entorno, muchos de sus amigos, el trabajo... Para mí era importante contar desde dentro este trabajo que es tan bonito y que tanto te da. Quería devolverle algo.

En realidad, una crisis creativa tiene que ser algo terrorífico para un escritor. ¿Te preparas para el fracaso cuando estás en lo más alto?

A mí lo de tener crisis creativas me ha pasado muchas veces, he sentido mucho miedo a la página en blanco, a que la historia que tengo en la cabeza no vaya a cuajar... Hay veces que hasta le he cogido manía a lo que estaba haciendo. Eso pasa, pero suelo seguir el consejo de mi editora: que salga a la calle, que viva, que viaje y que la inspiración volverá. Y siempre vuelve.

Muchas veces la exigencia que tenemos con nosotros mismos es lo que nos paraliza. Yo siempre pienso en el fracaso, en que todo lo que sube, baja... en que las cosas pueden dejar de ir bien, pero eso ya me pasaba cuando trabajaba en una oficina. Siempre tengo que tener un plan B o C.

Me cuentan que siempre que estás escribiendo un libro tienes un pie ya puesto en otro. Por si acaso...

Sí, si no sería imposible el ritmo que llevamos de publicación. Y hablo en plural porque detrás de cada proyecto hay muchísimas personas implicadas. Trabajo siempre muy de cerca con mi editora y a ella es a la que le voy contando mis ideas. Cada vez que entrego una novela, entrego también el briefing de la siguiente. Tengo mucho miedo a la sensación de 'ya lo he contado todo'.

El crecimiento de las plataformas digitales audiovisuales está haciendo que se nutran de novelas para los guiones. En tu caso ha sucedido con Valeria, con Un cuento perfecto y Canciones y recuerdos. ¿Has pensado en cambiar la escritura de novelas por la adaptación de guiones?

No, a mí me gusta muchísimo escribir y, aunque me gustaría mucho trabajar con guiones, no tengo las herramientas. Tampoco tiempo para formarme. Tengo muchas cosas pendientes por aprender. Puede que pise un poco el freno en cuanto a la periodicidad de publicación, pero no creo que me cambie la forma de escribir la experiencia de los guiones. Todo lo que acerque los libros a las personas es bueno, pero mi trabajo es escribir.

¿Podríamos resumir (mucho) esta novela en la frase que dice 'nacimos para ser felices, no perfectas'?

Pues a mí me encantaría que se quedara ese mensaje, porque la novela habla de lo mucho que nos presionamos a nosotros mismos en cuanto a que pensamos demasiado en las expectativas que los demás tienen de nosotros e intentamos cuadrarlo todo de manera que sea todo perfecto y a la vez porque si no, parece que no puedes ser feliz. El caso es que al final te pasas demasiado tiempo corriendo buscando ciertas cosas sin darte cuenta de todas las que estás dejando atrás en ese camino.

Esta novela tiene un bonito trasfondo porque la principal historia de amor no es la que se tiene con otra persona, es la que la protagonista tiene con ella misma.

Sí, la protagonista se redescubre y se perdona. Muchas veces vamos poniendo tiritas sobre heridas que no nos preocupamos de curar... No sé si es por mi momento personal o porque voy cumpliendo años, pero me voy dando cuenta de lo importante que es mantener una buena relación contigo misma ¡porque eres la persona con la que más tiempo pasas! Por eso era tan importante que Elsa aprendiera esto a lo largo de su camino.

¿Nos podemos convertir en nuestro peor enemigo cuando no sabemos querernos?

Estamos preparadísimos para ser nuestro peor enemigo. Estoy convencida. Somos la persona que mejor nos conoce, por lo tanto tenemos todas las herramientas para hacernos más daño que los demás. Sabemos perfectamente dónde dar y dónde duele más. Una mala relación con nosotros mismos puede hacernos muy muy desgraciados.

¿Son peores las relaciones tóxicas que afectan al amor o por igual si son en la familia, el trabajo o los amigos?

Una relación tóxica es devastadora toque el ámbito que toque. Nos solemos centrar mucho en las relacionadas con el amor romántico, pero una relación así en la familia puede desbarajustar completamente la vida. Otras veces mantenemos amistades tóxicas por pena, nostalgia... Mantenemos relaciones tóxicas por diferentes motivos, pero el daño que hacen es similar.

No pierdes ese tono de humor característico tuyo. ¿Es un signo de identidad?

¡Es mi forma de ver la vida! He aprendido a reírme mucho de mí misma porque es la manera más sana de enfrentarse a ciertas cosas. Además la vida es mucho más divertida vista así.

Haces una crítica también a los escritores de verdad. Hace no mucho leía una entrevista a uno de estos que decía que una cosa es ser escritor y otra escribir libros… 

Esto ha pasado siempre. Es un prejuicio que arrastran muchos géneros y ahora muchos autores que empezamos en redes y autopublicándonos en plataformas digitales. Llevamos ese pasado como si fuera una vergüenza, pero es que para mí no es así. Lo que debemos hacer es abrazar a la cultura y dejar de poner grilletes alrededor de cualquier producto cultural.

Tú llevas una década publicando y tienes 23 novelas ¿Qué diferencia hay entre ti y un escritor de verdad que tenga tres?

¡Ellos sabrán! Yo siempre he mirado a mis compañeros de la misma manera. No encuentro sentido al elitismo intelectual.

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