Ciudad Real vivió este Jueves Santo uno de esos días grandes que se esperan con ganas. Desde por la tarde, la ciudad se echó a la calle. Las aceras llenas, las esquinas ocupadas, los balcones repletos y muchos con colgaduras y decoraciones cofradieras. El tiempo respetó, y eso ayudó a que todo saliera adelante.
Abrió la jornada, como novedad, la Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad, que este año ha cambiado parte de su itinerario para acercarse hasta la residencia de ancianos de la calle Calatrava. Un detalle que ha sido muy bien acogido por los ciudadrealeños. El paso, con su andar firme y acompañado por la agrupación musical Santo Tomás de Villanueva, también cruzó los Jardines del Prado, dejando imágenes nuevas para el recuerdo. Cabe señalar que iba solamente con Longinos, el romano, y la imagen del Cristo, no procesionando con el misterio entero.
Después fue el turno de la Hermandad de la Santa Cena. Su misterio dejó boquiabiertos a muchos, seguido por el palio blanco de María Santísima del Dulce Nombre, que salió con solvencia entre los aplausos del público. Hubo un momento especial en la Plaza Mayor con la petalada a la Virgen, que ya es tradición, pero sin duda, lo vivido delante de las Hermanas de la Cruz -ya que la Virgen es donde está durante todo el año- llenó los ojos de lágrimas de muchos de los presentes en la plazuela de Santiago.
Ciudad Real abarrota las calles para vivir el Jueves Santo - Foto: Rueda Villaverde A continuación, llegó la Hermandad del Ecce Homo, vulgo de Pilatos. Como es costumbre, mucha juventud en sus filas y una salida animada desde el guardapasos. El misterio pilatero volvió a llamar la atención por su forma de andar, mecida, con fuerza. En su parada en la iglesia de Santiago, entregaron la medalla de la hermandad al presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde. El punto álgido, como es habitual, el multitudinario saludo en el Camarín de la Virgen del Prado.
El palio azul perchelero de la Virgen de los Dolores fue arropada, en el último lugar de la Pasionaria de Santiago, por multitud de vecinos, fieles y devotos. Para el final de la carrera oficial, algo rompió el ritmo: entre la salida de Pilatos de la Plaza Mayor y la de la Virgen de los Dolores de Santiago hubo un parón notable. Más de media hora sin cofradías en la calle. Un corte que se notó y que generó cierto desconcierto entre los que esperaban. La Cena, que era la hermandad que abría el paso por la carrera oficial, cumplió horarios.
Más fotos: Ciudad Real abarrota las calles para vivir el Jueves Santo - Foto: Rueda Villaverde Ciudad Real abarrota las calles para vivir el Jueves Santo - Foto: Rueda Villaverde Ciudad Real abarrota las calles para vivir el Jueves Santo - Foto: Rueda Villaverde Ciudad Real abarrota las calles para vivir el Jueves Santo - Foto: Rueda Villaverde Ciudad Real abarrota las calles para vivir el Jueves Santo - Foto: Rueda Villaverde Ciudad Real abarrota las calles para vivir el Jueves Santo - Foto: Rueda Villaverde Ciudad Real abarrota las calles para vivir el Jueves Santo - Foto: Rueda Villaverde Ya en la madrugada, se cerró el Jueves Santo con las calles en calma y el Perchel en silencio tras el paso del vendaval cofradiero en el que se convierte el Jueves Santo, que este año ha dejado imágenes para guardar y también algún detalle a pulir. Pero, sobre todo, la certeza de que Ciudad Real sigue cuidando con cariño lo suyo.