El próximo sábado 10 de mayo, en la parroquia de San Pedro, la Hermandad del Silencio de Ciudad Real se someterá al juicio de sus hermanos en unas elecciones que pueden marcar un antes y un después. Se trata de una de las cofradías más singulares de la capital, conocida por su estética sobria, su espiritualidad franciscana y su impronta de oración en silencio. Sin embargo, ya desde los primeros años del siglo XXI, su devenir ha estado marcado por un lento declive: pérdida progresiva de hermanos, dificultad para formar cuadrillas de portadores, falta de relevo generacional y un modelo cofrade que parecía haber quedado fuera de sintonía con el nuevo impulso andaluz y sevillano que fue conquistando otras hermandades de la ciudad en los noventa.
En ese contexto de desgaste y necesidad de renovación, los hermanos deberán elegir entre dos candidaturas que ofrecen modelos diferentes de entender el Silencio. Por un lado, David Muñoz, joven pero con experiencia en la junta de gobierno, propone una apuesta decidida por la juventud y los cambios estructurales. Por otro, Alfonso Doblado, veterano cofrade con una trayectoria de décadas en la hermandad, plantea una línea continuista con profundas raíces en la tradición, pero sin renunciar a la apertura y la integración de nuevas generaciones.
David Muñoz: "La juventud es el motor de la Hermandad"
David Muñoz Ceca, actual mayordomo, representa el rostro del relevo generacional. Vinculado a la hermandad desde los 15 años, afirma que se presenta "para mantener el auge de juventud que está integrándose cada vez más en la hermandad" y pone en valor que su equipo combina perfiles jóvenes con cofrades experimentados para asegurar una transición sólida.
Alfonso Doblado - Foto: LTSu candidatura plantea reformas significativas. La más llamativa: la posibilidad de un único trono para los dos titulares que represente un Stabat Mater, es decir, la Santísima Virgen del Mayor a los pies del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. "Así se solventarían los problemas para reunir dos cuadrillas de portadores y se facilitaría el trabajo", asegura. También propone consultar a los hermanos la transición del hachón tradicional al uso de cirios color tiniebla, tanto por accesibilidad como por funcionalidad. Además, quiere reforzar la procesión del Martes Santo con la Virgen del Mayor Dolor como acto esencial en la vida de la hermandad.
Muñoz no se detiene ahí. Entre sus propuestas destaca la creación de triduos a los titulares, la imposición de medallas a los nuevos hermanos, una mayor implicación en la parroquia de San Pedro y la consolidación de la misa mensual de difuntos. También defiende potenciar las redes sociales, seguir emitiendo el rezo del Rosario en YouTube y mantener una relación activa con la Asociación de Cofradías. "Queremos que la hermandad sea un instrumento de fe, no sólo una puesta en escena", dice con claridad.
El grupo joven es el eje de su propuesta. Lo considera "la base del futuro", y subraya su implicación en tareas como el montaje de tronos, actividades caritativas y litúrgicas, convivencias, cruz de mayo y formación. "Desde el grupo joven intentamos transmitir la importancia que tiene la seriedad. Ser del Silencio es algo más que llevar una túnica", recalca.
David Muñoz - Foto: LTAlfonso Doblado: "El Silencio tiene una forma de hacer las cosas que aún tiene mucho que decir"
Alfonso Doblado Ruedas, por su parte, presenta una candidatura sólida y plural, con el lema Tradición + Fe + Juventud. Habla desde la experiencia, pero también desde la reflexión. "He sentido la obligación de aportar una alternativa. El Silencio necesita una hermandad que vuelva a hacer bien las cosas, con respeto a lo heredado y apertura a los tiempos nuevos"", sostiene.
Doblado no reniega de los problemas actuales, pero cree que deben resolverse reforzando lo que hace única a esta cofradía: "Tenemos que volver a poner en valor nuestros elementos diferenciadores: la túnica, el voto de silencio, el horario, el porteo a hombro, el rezo del Vía Crucis". Considera innegociable mantener los dos desfiles procesionales, sin fusionar imágenes ni alterar la estructura actual. "Las imágenes no representan una escena, sino un itinerario espiritual. No somos una hermandad de estética, sino de mensaje", afirma.
Su lista combina perfiles diversos: veteranos como Asunción Segura o Dionisio Chacón, profesionales implicados, jóvenes activos. Además, promete abrir espacios reales de participación para el grupo joven, tanto en cultos como en la organización de actividades o en la cuadrilla junior del Cristo de Sanz Herranz. "No son el futuro, son el presente", recalca.
Doblado quiere también recuperar el trato humano con los hermanos mayores, "que a veces se han sentido apartados por no dominar las redes sociales", y mejorar la comunicación personal. En cuanto a los cultos, propone intensificarlos y darles mayor profundidad litúrgica y estética. "La formación religiosa no puede ser secundaria. Debemos saber qué somos, por qué lo somos y cómo lo mostramos", concluye.
Las dos candidaturas coinciden en señalar que la Hermandad debe ser más activa durante todo el año, que la participación debe ampliarse y que los hermanos deben sentirse representados. Ambas proponen reforzar el papel de la cofradía dentro de la parroquia de San Pedro, intensificar la vida litúrgica y facilitar la participación en la estación de penitencia.
Sin embargo, difieren en el enfoque. Muñoz plantea una modernización visible, desde la posibilidad del Stabat Mater hasta una nueva estética nazarena. Doblado apuesta por restaurar lo que siempre funcionó y considera que "no se ha sabido explicar el valor de lo propio, y por eso muchos quieren cambiarlo sin conocerlo".
Un pasado de esplendor que hoy se intenta recuperar
Durante décadas, la Hermandad del Silencio fue un emblema de la Semana Santa ciudadrealeña. Miles de hermanos conformaban una nómina extensa y activa, se acumulaban las solicitudes para vestir la túnica marrón inspirada en el hábito franciscano y las listas de espera para portar a hombros los pasos eran largas. La hermandad marcaba el pulso espiritual del Jueves Santo desde las tres de la madrugada, imponiendo silencio y recogimiento a su paso, en una ciudad que despertaba aún entre tinieblas.
Pero el paso del tiempo, las nuevas estéticas procesionales y la eclosión de otras cofradías más dinámicas han hecho mella. La Hermandad del Silencio ha vivido una etapa de estancamiento y cierto alejamiento de una parte de sus hermanos. Hoy, el reto es no solo recuperar la participación y el fervor, sino también el respeto a unas formas que han definido su identidad desde su fundación.
Los hermanos del Silencio tienen en sus manos decidir qué rumbo toma su hermandad. Las urnas estarán abiertas el sábado 10 de mayo con doble horario: de 10:30 a 13:30 y de 17:00 a 19:00. "Pensad qué Hermandad queréis para el futuro, pero con coherencia y respeto por lo que somos", pide Doblado. "Votad con ilusión, porque lo importante es que el Silencio vuelva a crecer", apostilla Muñoz.
En medio de propuestas, programas y promesas, la Hermandad del Silencio, si quiere seguir marcando el paso del Jueves Santo, necesita encontrarse de nuevo consigo misma.