"El Ifedi asegura la pervivencia de Fenavin en Ciudad Real"

A. Criado
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El presidente de la Diputación de Ciudad Real y de Fenavin sostiene que el crecimiento experimentado por la feria demanda "un nuevo modelo institucional de gestión"

"El Ifedi asegura la pervivencia de Fenavin en Ciudad Real" - Foto: Tomás Fernández de Moya

¿Qué supone para la Feria Nacional del Vino el estreno del ampliado y renovado pabellón ferial?

Su consolidación, un salto brutal. La feria se había consolidado como la mayor referencia del vino español en el mundo, pero tenía una crítica muy fuerte con respecto a sus infraestructuras e instalaciones, de la calidad del entorno ferial. Había incluso algún organismo que no quería promocionarnos y poner su sello junto a la marca Fenavin porque interpretaba que la apreciación que se hacía por parte de los compradores internacionales del espacio devaluaba su imagen. Hemos superado ese gran reto, y ahora presentamos una instalaciones de primer nivel, muy modernas, con la última tecnología y accesibilidad; lo hemos hecho, además, en un tiempo récord y en unas circunstancias de dificultad para la construcción y para acceder a los materiales, provocadas por la guerra de Ucrania. Estoy especialmente contento por este gran logro, porque esto ya es para siempre, Fenavin tiene asegurada su pervivencia en Ciudad Real, y esas críticas van a desaparecer en esta edición.

¿El complejo Ifedi era la pieza del puzzle que faltaba para consolidar a Fenavin como la mejor feria profesional del sector vitivinícola?

Sí, ahora ya tenemos una infraestructura similar a la que puede haber en Madrid e incluso mejor que la de Barcelona. Ya no existe ese déficit de instalaciones, se ha superado completamente; hemos cerrado el círculo de una feria que tiene una importante oferta de vino español, donde se produce mucha actividad comercial. Estoy convencido de que las instalaciones van a funcionar muy bien estos días.

¿Con qué expectativas arranca esta duodécima edición?

Muy buenas. A fecha de 4 de mayo llevábamos ya 5.600 reuniones cerradas entre expositores y compradores, más que nunca a esas alturas. El director (Manuel Juliá) cree, y a mí me alegra, que podemos llegar a 10.000 en el inicio de la feria. Hablamos de reuniones cerradas en los distintos espacios que habilita la organización en las que hay un comprador que está interesado en un producto concreto de un vendedor.

¿Es factible superar la cifra de negocio registrada en 2022?

Creo que sí. Es cierto que luego entra en juego la situación económica que se vive a nivel nacional e internacional; hay que ver cómo evoluciona un escenario en el que nos preocupa, especialmente, la venta de los vinos tintos, que es la que va más ralentizada. En todo caso, creo que podemos estar en niveles de negocio similares a los que registramos en 2022, que fue un buen año, superando la cifra global de 380 millones de euros. Hay cosas que ayudan, como la paridad del dólar y el euro, que favorece la penetración de nuestros vinos en Estados Unidos. En esta edición, además, hay una presencia destacada de compradores estadounidenses. En cambio, otros factores como la inflación también afectan a la venta del vino. Al fin y al cabo, no es un producto esencial en la cesta de la compra y puede provocar un descenso del consumo en el sector hostelero, además de en el hogar. No obstante, creo que va a ser una buena edición, porque tengo la sensación de que el vino español está de moda en el mundo; es un vino muy competitivo por su relación calidad-precio.

La paulatina recuperación del mercado chino y la presencia de compradores en la feria es también una buena noticia. ¿Cuáles son los países con mayor representación?

Indudablemente, la presencia de compradores chinos es una buena noticia; por el contrario, esta edición tampoco habrá delegaciones rusas ni ucranianas. Por citar algunos ejemplos, es muy destacada la participación de compradores de los países escandinavos; del importador más importante de Brasil; de empresas búlgaras que siempre han trabajado con bebidas alcohólicas, pero nunca con el vino español y han elegido Fenavin para dar el paso; la presencia de países africanos como Camerún, Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Marruecos, Senegal y Zambia; el mayor distribuidor de Suiza, una amplia delegación de Japón; y viene el considerado como mejor bar del mundo, el N5 Wine Bar de Toulouse, en Francia.

¿Queda algún mercado atractivo por conquistar para el vino español?

Cada vez es más difícil, porque aquellos países en los que no hay representación el consumo de vino es muy minoritario. La pasada edición llegamos hasta El Salvador y algunos países africanos, mercados muy complejos.

El consumo interno sigue siendo la asignatura pendiente. Después de una tendencia alcista, volvió a disminuir en 2022.

Hubo una expectativa de crecimiento después de la pandemia y ha vuelto a bajar. Es un reto que tiene el sector; la realidad es que el del vino es un sector atomizado, y eso representa un problema en relación con otras bebidas. Por ejemplo, en España, a nivel de distribución comercial, han quedado cuatro o cinco grupos cerveceros, aunque haya 200 marcas; pero en el sector del vino a lo mejor tenemos 8.000 referencias, no hay mucha unión. Y eso que se está haciendo un esfuerzo importante en presentar nuevos tipos de vino y formatos, y se está elaborando, por ejemplo, mucho frisante, que es una puerta de entrada del consumidor al mundo del vino, porque es un producto más suave. Todavía falta estrategia en relación con la comercialización, con campañas potentes que sí te encuentras en otras bebidas.

La Diputación de Ciudad Real está poniendo de su parte con la promoción de la cultura del vino. ¿Qué incidencia están teniendo estas iniciativas?

El tema de la cultura del vino tiene un alcance limitado, pero nos lo hemos tomado muy en serio, y cada año tiene más éxito. Somos el territorio de mayor producción del vino del mundo -Castilla-La Mancha y la provincia de Ciudad Real- y tenemos que ser también el territorio que más cultura relacionada con el vino oferte. Lo estamos haciendo con un carácter social y tenemos que incorporar también al mundo de la empresa y la hostería; vamos consolidando y generando un reconocimiento al mundo del vino y a su consumo moderado, como un elemento que forma parte de nuestro ocio, de nuestra conversación y de nuestros espacios familiares. Creo que ahí vamos avanzando, pero todavía queda mucho trabajo por hacer.

Más del 40% de las referencias de la Galería del Vino son ecológicas. ¿El mercado camina hacia un modelo bío?

Claramente, y además Castilla-La Mancha tiene un buen posicionamiento, ya que es la comunidad autónoma con mayor número de hectáreas de viñedo en ecológico. Lo bío va a ser un elemento de diferenciación a la hora de que el consumidor opte por una marca u otra en igualdad de condiciones. En este sentido, todo lo que tenga que ver con la sostenibilidad, desde el proceso de producción inicial en el campo hasta el proceso de elaboración del vino en bodegas y cooperativas, pasando por la huella de carbono en la comercialización, son elementos que van a definir el consumo. No es una cuestión que esté de moda, es una realidad; existe una concienciación importante y en el mundo del vino también hay ya un público que se diferencia porque exige un compromiso de sostenibilidad en el producto.

¿Qué novedades se han incluido en el programa de actividades paralelas en esta edición?

Hay una parte que a mí me llama especialmente la atención y que tiene que ver con todo lo que son los estudios y el conocimiento que nos aporta fundamentalmente la Universidad de Castilla-La Mancha. Es un apartado que está muy referenciado cada edición y que abarca todo lo que tiene que ver con un mejor conocimiento de la producción y el cuidado y tratamiento de la viña. Este año también le damos importancia, con al menos tres conferencias, al ámbito de la salud y el vino. Es un aspecto trascendental porque, en algún momento, algún sector europeo trató de vincular el vino con efectos nocivos; el vino es como cualquier otro producto y consumido de forma moderada, está comprobado que tiene efectos positivos. Es importante que haya referencias y un relato público por parte de los profesionales de la salud en relación con los efectos positivos del vino o, en todo caso, que no tiene efectos negativos con un consumo siempre moderado. Habrá también mucha presencia de gente del mundo de los medios de comunicación, de la literatura y el cine: es importante que relacionemos el mundo con momentos felices y divertidos de la vida. En este sentido, Fenavin siempre le da un contexto social también a lo que es el puro negocio.

¿La relación con el resto de administraciones goza de buena salud?

No tengo ninguna queja ni del Gobierno de España, que nos permite estar bajo la marca Alimentos de España, ni menos aún del Gobierno de Castilla-La Mancha, cuya presencia es muy destacada, con el estand más grande de la feria. Atrás quedaron los tiempos de Cospedal en los que no hubo ni presencia institucional. Además, ahora contamos una ayuda económica para la promoción de Fenavin en los medios de comunicación de dentro y fuera de la región. Por su parte, el Ayuntamiento de Ciudad Real también ha tenido una colaboración magnífica en todo lo que se le ha pedido, como la movilidad y la limpieza de la zona.

Desde hace años se baraja la posibilidad de que Fenavin tenga una identidad propia más allá de la Diputación. ¿Se ha dado algún paso en este sentido?

Ahora hay que resolver el tema de las elecciones, pero soy de la opinión de que la Corporación provincial que entre no puede dejar pasar un día sin sentarse con el resto de las administraciones y con la Cámara de Comercio, que es también un colaborador imprescindible, para definir el modelo institucional de gestión, toda vez que ya tenemos la infraestructura y que Fenavin ya es una marca consolidada y reconocida. Hay que ver si es un modelo de fundación, de empresa pública o de consorcio; ver cuál es la fórmula más adecuada y qué mejor encaja. Es evidente que la Diputación de Ciudad Real, con su estructura, tiene procedimientos que son contrarios a lo que es una feria de mercado; necesitamos un formato más flexible, dinámico y ágil. Gestionar una feria a la que vienen compradores de más de cien países es de una complejidad enorme para una administración que es muy rígida y en la que están muy tasados los procedimientos. Hay que definir una estructura de gestión profesional en la que tienen que estar el Gobierno regional, la Cámara de Comercio y, por supuesto, la Diputación, que seguirá siendo que promueva, empuje y financie la feria.