El mundo del vino tiene su propio Olimpo que conforman aquellas bodegas que han conseguido que alguno de sus caldos alcance la calificación de 100 puntos en la lista Parker. Varios de ellos estarán en Fenavin como es el caso de la Bodega Familia Nin Ortiz, de Falset (Tarragona), que este mismo año ha estrenado tal calificación para su Nit de Nin Mas d'en Caçador 2020 (Priorat).

La firma estará representada por el personal manager de la bodega, Andreu Ortiz, que formará parte de la mesa redonda '500 puntos Parker', programada para el 10 de mayo, a las 12 horas. Esta propuesta, englobada en el programa Cultura del Vino, reunirá a bodegueros de cuatro denominaciones distintas: Montilla, Valdeorras, Rioja y Priorat, algunos con una nutrida lista de añadas reconocidas por la lista Parker y otras que acaban de conseguirlo por primera vez.

La lista que elabora la revista The Wine Advocate insiste en la calidad de las marcas que reconoce, y también en que los vinos sean fieles a las características que corresponderían por su zona de producción.

Andreu Ortiz, que representa la segunda generación de la familia, se muestra feliz con la inclusión de este vino en la lista Parker, que se ha materializado este año. «Es una recompensa a muchos años de trabajo muy duro, con muchas dificultades por las que hemos pasado y que hemos sabido superar juntos, por lo que representa para la familia, como para cualquier bodega», señala en su valoración.

El representante de esta empresa familiar entiende que mediante esta valoración se consolida la idea de haber realizado un buen trabajo durante los años en que Esther Nin y Carles Ortiz investigaron sobre el suelo, el microclima de la zona y la adaptación de las plantas. «Nos reafirma en que estamos trabajando en la dirección correcta y dentro de unos valores correctos», remarca.

La bodega Familia Nin Ortiz se caracteriza en la DO Priorat por su interés por el cultivo en ladera, en lugar de en terrazas, así como un empeño constante por estudiar los usos naturales del suelo.

Al mismo tiempo, formar parte del máximo escalón de la lista Parker tiene un efecto en la visibilidad de la marca: «Nos ayuda a conformar mercados y a mejorar la carta de presentación de nuestro buen trabajo», explica Ortiz.

En cuanto a las características del Nit de Nin Mas d'en Caçador, recuerda que este producto fue «el primer vino que Esther Nin empezó a producir en 2003, con solo 900 botellas, entonces», y fue a partir de 2007 cuando se incorporó su padre, Carles Ortiz, «y se consigue aumentar la producción cultivando en la misma ladera, en los mismos 300 metros con mayor amplitud», hasta llegar a producir unas 4.500 botellas.

Actualmente, con un viñedo que va camino de los 125 años, y el añadido del cambio climático, la producción se ha estabilizado en unas 2.400 botellas, reconoce Andreu Ortiz. «Tenemos 18.000 cepas y necesitamos casi diez plantas para hacer una sola botella de vino», aclara sobre la medida de la producción.

En cuanto a las variedades de uva que contribuyen a este valorado Nit de Nin Mas d'en Caçador, menciona garnacha, garnacha peluda y cariñena.

A la hora de saborear este caldo, Ortiz remarca que lo mejor es disfrutarlo «en buena compañía». Más allá de lo cual recomienda utilizarlo para dar lustre a una elaboración culinaria típicamente catalana, el fricandó, «compuesto de ternera estofada a fuego a lento y con una salsa de hierbas aromáticas típicas del Mediterráneo, romero, tomillo y laurel, setas de temporada, que creo que es el mejor plato para combinar con el Nit de nin Mas d'en Caçador».

«Voy a Fenavin con muchas ganas de aprender, de charlar, de probar vinos, de mostrar nuestra historia familiar desde nuestro punto de vista, de vivir un recorrido por el mundo del vino y disfrutar con los compañeros que también han conseguido los 100 puntos Parker, para poder seguir aprendiendo», responde Ortiz cuando se le pregunta sobre sus expectativas para esta Feria Nacional del Vino.