Siete pueblos en despoblación ganan habitantes desde 2020

A. Criado
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Los expertos apuestan por fomentar el emprendimiento y concentrar servicios en las cabeceras comarcales y apuntan al saldo migratorio extranjero como factor clave

Una calle de Solana del Pino, uno de los municipios que gana población. - Foto: Rueda Villaverde

Siete municipios de la provincia de Ciudad Real emplazados en zonas de extrema despoblación han ganado población desde hace cuatro años, cuando el Gobierno de Castilla-La Mancha, con base en la Ley de medidas económicas, sociales y tributarias frente a la despoblación y para el desarrollo del medio rural, ordenó el territorio regional y estableció diferentes categorías en función de criterios demográficos, de actividad económica, de uso del suelo y de aislamiento geográfico y accesibilidad. Son Alcoba de los Montes, Picón, Porzuna, Brazatortas, Cabezarrubias del Puerto, Solana del Pino y Guadalmez.

La zona CR-1, que agrupa a 17 municipios, ha pasado de 26.665 habitantes, a fecha 1 de enero de 2020, a 26.192 cuatro años después, casi un 2% menos. Sólo Malagón, el pueblo de referencia de esta demarcación, ha perdido más vecinos que los ganados por Alcoba, Picón y Porzuna en su conjunto, cerca de un centenar. Brazatortas, Cabezarrubias del Puerto y Solana del Pino, ubicados en la zona CR-8, han visto aumentado su padrón en seis, 15 y 18 habitantes, respectivamente. Los cinco municipios restantes pierden población, con Almodóvar del Campo a la cabeza (-276).

El séptimo municipio en zona de extrema despoblación (CR-9) que crece en número de habitantes es Guadalmez, que pasa de 697 a 707. Almadén encabeza la sangría demográfica que sufre la comarca de Alcudia, en el suroeste de la provincia. La ciudad del mercurio ha perdido casi 300 vecinos en cuatro años y se sitúa ya por debajo de la barrera de los 5.000. Ángel Raúl Ruiz Pulpón, profesor titular del departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la UCLM, subraya que no existen recetas mágicas para abordar un fenómeno demográfico que presenta «unas dinámicas que son irreversibles», como son el envejecimiento de la población y un crecimiento natural «nulo o estancado», con una natalidad en picado desde hace muchos años.

A la hora de gestionar la despoblación en la España rural interior entra en juego un tercer factor: el saldo migratorio exterior asociado a la población extranjera. A su juicio,  su incidencia debe ser «muy elevada» en aquellos pueblos que hayan ganado entre 15 y 20 habitantes en los últimos años. Para favorecer una vida relativamente buena en los núcleos rurales, el profesor Ruiz Pulpón aboga por «concentrar servicios básicos, como la sanidad y la educación, en las cabeceras comarcales», y no dejar de buscar otras soluciones «imaginativas».

Por ejemplo, el Aula Gen Z y Despoblación de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UCLM impartirá formación específica para promover emprendimiento que fije población en el territorio. «Queremos que la despoblación, que se ve como una amenaza, se convierta en una oportunidad», afirma su director, Jesús David Sánchez de Pablo. Explica que la despoblación creciente en los núcleos rurales es una realidad que está identificada y ellos proponen como posible solución «el emprendimiento, la apertura de negocios, como base para mantener la población».

Esta iniciativa también incluye una microcredencial abierta a personas con o sin estudios universitarios, con una certificación asociada a la formación de 'agente oportunidad'. «En los próximos años vendrá mucho dinero de Europa y de otras instituciones vinculado al emprendimiento y puede ser una buena salida laboral, si las administraciones cuentan con ellos como gestores que acompañan en todo el proceso», apostilla.

El Gobierno regional identifica otras dos zonas de intensa despoblación, que dan cobijo a 36 municipios de las comarcas de Montiel y Calatrava, más de un tercio de la provincia. Del total, Torrenueva, Cañada, Caracuel, Corral y Calzada han incrementado su población desde 2020 y lo han hecho de forma testimonial, a excepción del pueblo natal de Pedro Almodóvar, que ha ganado casi un centenar de habitantes en cuatro años. En su conjunto, pierden más de 1.700 habitantes en los últimos cuatro años.

En el resto de la provincia se atisban brotes verdes y pequeños nubarrones. Además de la capital, un total de 15 municipios impulsan el crecimiento demográfico de la provincia: Alcázar de San Juan, Herencia, Pedro Muñoz, Arenales de San Gregorio, Almagro, Arenas de San Juan, Bolaños, Socuéllamos, Tomelloso, Valdepeñas, Carrión, Miguelturra, Poblete, Pozuelo y Torralba.

En la otra cara de la moneda se encuentran localidades como Puertollano, que ha perdido más de 1.400 habitantes en cuatro años, pasando de 46.607 a 45.195. Otras como Manzanares, Daimiel, La Solana, Campo de Criptana y Villarrubia de los Ojos también han visto cómo decrece su población, aunque de una forma más moderada.