"Ha sido doloroso los casos de homicidios sin resolver"

Manuel Espadas
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El fiscal jefe de Ciudad Real, que apura sus últimos días de profesión (se jubilará el 13 de enero), asegura que un buen fiscal tiene que tener "aptitud y actitud" y ser "independiente e imparcial"

Luis Huete, fiscal jefe de Ciudad Real - Foto: Rueda Villaverde

Luis Huete Pérez (Villacañas, Toledo, 1953) apura sus últimos días de profesión. El fiscal jefe de Ciudad Real se jubilará el 13 de enero, con 71 años, después de más de 35 de carrera, a los que él añade los 20 anteriores en los que trabajó como ferroviario. Pese a la cercanía de su merecido descanso, subraya antes de empezar la entrevista con La Tribuna que en absoluto está pensando aún en ese retiro y que sigue trabajando duro, mientras señala los papeles acumulados sobre el escritorio de su despacho. Tras su temprana experiencia laboral en el sector del ferrocarril, en 1988 empezó como fiscal en prácticas. En Ciudad Real aterrizaba en diciembre de 1989 y en 1990 tomaba posesión. De 2007 a 2014 estuvo en Madrid, en la Fiscalía General del Estado, pero sin cambiar de residencia. Desde el 2015 es fiscal jefe de la provincia. 

Se acerca la fecha de su jubilación. ¿Cómo será el día después?
No pienso en ello porque sigo activo al cien por cien, hasta que realmente llegue el día. Supongo que tendré que buscar alguna actividad relacionada con el derecho, donde pueda echar una mano en algún asunto no oficial, quizás colaborando con alguna ONG. No sé, quizás después de todo nadie se acuerde de mí. Lo que tengo claro es que no me desvincularé del derecho, porque tampoco creo que sepa hacer otra cosa. Seguiré leyendo el BOE todos los días, como es obligado para los juristas para estar al tanto de las modificaciones legales.

¿Y al margen del derecho? Dicen que no le da mal al golf...
(sonríe) Ahora mismo solo estoy pensando en el trabajo. Pero bueno, también pienso dedicarle algo más de tiempo a mi mujer, que creo que es la más interesada en que me jubile. Mi idea es mantener alguna actividad de carácter intelectual y, como digo, altruista. Y si puedo jugar algún día más al golf, también, sobre todo, por hacer una actividad física que es siempre necesaria. 

"Ha sido doloroso los casos de homicidios sin resolver" - Foto: Rueda Villaverde

Así que fue ferroviario antes que abogado...
Primero fui aprendiz de Renfe, y creo que sigo siendo aprendiz toda la vida, en otros campos diferentes. Creo que en la vida nunca se deja de aprender, y el que crea que lo sabe todo está un poco equivocado. De manera que mi vocación de aprendiz se mantiene.

35 años de carrera fiscal son muchos. ¿Qué poso le va a dejar? 
Entonces las carreras estaban divididas, la carrera judicial y la carrera fiscal. Me quedaba un examen para convertirme en juez, pero una vez que aprobé el acceso a fiscal decidí optar por mantenerme en la Fiscalía. Y creo que he aprendido a ser fiscal. ¿Cómo? Pues primero, con los compañeros, que los he tenido muy brillantes, empezando por mi primer jefe, Olayo González Soler, y después el teniente fiscal que teníamos, que ahora es fiscal de sala, Francisco Moreno. Compañeros como Carlos Alba, compañeros actuales como Jesús Gasset o Mari Luz Campos, que son fiscales magníficos. Y después los jefes sucesivos que tuve en Madrid, como Juan de Oña, que era una persona con un nivel intelectual y unos conocimientos maravillosos, del que aprendí muchísimas cosas; y también aquí con Jesús Caballero, el tiempo que fue fiscal jefe, del cual también tengo que agradecer las enseñanzas que tuve en la práctica diaria y en el trato diario. Y, por otra parte, también creo que he tenido buena relación con los operadores jurídicos. Primero con los jueces y los magistrados, con los que he tenido siempre una relación magnífica; y después con los abogados y con los procuradores, con todos los profesionales del derecho de la provincia. 

¿Qué cualidades principales debe tener un buen fiscal? 
Hay dos palabras que marcan el desarrollo profesional de una persona. Primero, los conocimientos, es decir, la aptitud. Y después, la actitud, es decir, dedicación y siempre con cariño para contribuir a una mejor administración de justicia. Y después, creo que el fiscal debe ser absolutamente independiente en sus decisiones, igual que los jueces. Y sobre todo, imparcial, claro. 

"Ha sido doloroso los casos de homicidios sin resolver" - Foto: Rueda Villaverde

Durante tantos años habrá pasado por situaciones profesionales muy diferentes. ¿De cuál se lleva un recuerdo especialmente amargo?
Los fiscales siempre estamos preparados para que no nos den la razón, pero yo no me he encontrado mal ni cuando me han dado la razón ni cuando no me la han dado. Lo que sí me ha resultado muy doloroso ha sido intervenir en casos de homicidios que no se han llegado a resolver. Creo que esto es muy doloroso, por supuesto para todos los familiares, pero también para las personas que hemos intervenido en la investigación de esos hechos y no hemos conseguido llegar a establecer quién había sido el autor de ese homicidio o de ese asesinato. Hay varios casos en la provincia durante todo el tiempo que he estado en Ciudad Real que para mí han sido muy dolorosos, como el del asesinato de una mujer en Puertollano en 1997.

¿Y algún momento enriquecedor en lo anímico, en lo personal?
Recuerdo una intervención que tuve en los años 90 en relación con una chica de 17 años que había entablado una relación con una persona que no le convenía. Y derivado de mi intervención, la madre me mandó un ramo con 17 rosas (se emociona y se toma un momento para continuar su relato). Uno interviene en un juicio y hace una acusación, por ejemplo, por violación o por algún tipo de situación semejante, y si consigues una situación de condena, los familiares lo agradecen. Pero si las cosas no salen bien, pueden pensar que no se ha podido trabajar bien el asunto.

¿Qué panorama va a dejar en el colectivo fiscal en la provincia?
Yo creo que el principal problema que tiene la administración de justicia, y en concreto la justicia penal, es el retraso, y esto obedece a dos causas principales. Una primera, que es una causa legal, porque tenemos una ley de enjuiciamiento criminal que es del siglo XIX. El legislador no se ha atrevido a hacer una modificación para dar una orientación a la Fiscalía que sería equiparable a lo que es el Ministerio Fiscal dentro del ámbito europeo. Es decir, un fiscal instructor, lo que conllevaría también una modificación de los órganos jurisdiccionales en el sentido de establecer, por ejemplo, tribunales provinciales, y olvidarse de los viejos juzgados de instrucción. Ha habido dos anteproyectos de ley de enjuiciamiento criminal y un borrador de código procesal penal, y en estos tres textos ya se recogía que la instrucción correspondía al fiscal, pero el legislador no se ha puesto nunca de acuerdo. Y la otra causa es acondicionar las plantillas al trabajo existente, que se ha ido incrementando, porque hay más demanda en la administración de justicia y en la justicia penal. Se incrementan los asuntos y, por tanto, también tienen que incrementarse las plantillas. Yo no soy optimista sobre que este problema se pueda resolver. Se necesita una reflexión general sobre la administración de justicia.

"Ha sido doloroso los casos de homicidios sin resolver" - Foto: Rueda Villaverde

No es raro que se acuse al Ministerio Fiscal de tener sesgo político.
Cuando un partido está en el Gobierno resulta que para él el Ministerio Fiscal es independiente, pero cuando está en la oposición resulta que es un esclavo del Gobierno. Y esto es una cosa que tiene que acabarse por parte de los partidos políticos y tienen que tener un respeto por el Ministerio Fiscal. Esto lo hablo como fiscal de a pie, que es lo que soy, y es molesto.

¿La Justicia en España es independiente al poder político?
No podemos hablar de la justicia en general, podemos hablar de las carreras judiciales o la carrera fiscal. En el ámbito de la administración de justicia, es decir, cuando un juez resuelve, es absolutamente independiente. Igual que creo que el Ministerio Fiscal resuelve con independencia e imparcialidad en todos los casos. El problema se plantea cuando está encausada alguna persona que está relacionada con los ámbitos de poder, porque ahí es donde se entabla la lucha política, con resoluciones del Ministerio Fiscal o de los juzgados que acaban siendo vistas con el prisma de cada uno de los distintos oponentes políticos. Otro problema es que en nuestro país está instaurada la posibilidad de que los partidos políticos se conviertan en acusadores populares, porque de esta forma están trasladando la lucha política a los tribunales. Esto no es concebible en prácticamente ningún país europeo porque se limita el ejercicio de la acusación popular a determinados casos. Y yo creo que una limitación importante sería evitar que los partidos políticos se conviertan en acusadores unos de otros.

¿Cómo cree que ve la sociedad la figura del fiscal? ¿No cree que, quizás desde el desconocimiento, está algo demonizada?
Yo no tengo una percepción exactamente así. Lo que sucede es que muchas veces estamos pensando en el fiscal de las películas. La figura del fiscal es poco conocida por cuanto la gente piensa siempre que tiene que acusar, y esto no es así. El fiscal tiene que acusar cuando entiende que hay elementos objetivos para acusar. Y de hecho, en 2022, de las más de 14.000 diligencias penales que se incoaron, sólo se formularon acusación en menos de 2.000. Otro dato es que de las 14 sentencias absolutorias que se dictaron en la Audiencia Provincial el año pasado, siete fueron conformes con la petición del fiscal. Creo que hoy en día la sociedad no tiene esa percepción negativa del fiscal, y yo he tratado de contribuir manteniendo una buena relación con la prensa, transmitiendo siempre esta idea.

¿Quién le gustaría que le sucediera en la jefatura de la Fiscalía?
No tengo claro que me vayan a consultar a mí, que no soy nadie. Lo que sí tengo claro es que tenemos una plantilla de fiscales en Ciudad Real con una preparación extraordinaria, con muy buena formación, una dedicación excelente y que, por tanto, cualquiera de los fiscales con 'solera' podría ser fiscal jefe, igual o mejor que yo, de manera que cualquiera de ellos contaría con mi apoyo y con mi reconocimiento.

¿Qué consejo le daría a la persona que le vaya a suceder? 
Debe ser objetivo y manejar los parámetros de la igualdad en el trato igual a todos los fiscales y a todos los funcionarios, y el de la solidaridad, apoyando al fiscal o al funcionario cuando lo necesiten.

¿Con qué sensación se marcha?
Estoy muy satisfecho del trato que me han dado aquí, no solamente los fiscales y los funcionarios, sino también el trato de la sociedad y de los medios de comunicación. He procurado mantener la cordialidad en todo momento y, como digo, tratar de convencer cuando ha habido circunstancias que a lo mejor obligaban a tomar una decisión que no era compartida. Me he sentido bien incluso en esos momentos.