Los aficionados que acudieron ayer al pabellón Puerta de Santa María dieron un salto atrás en el tiempo, retrocediendo unos treinta años para volver a disfrutar sobre la pista de los hombres que formaron parte de los primeros pasos del balonmano en la capital. Con más canas en el pelo (los que lo conservan) y más kilos en la cintura, los que en su día defendieron la camiseta del histórico Caserío Vigón se volvieron a vestir de corto para convertirse en el plato principal de una sesión continua de partidos solidarios para recoger el mayor número posible de juguetes.
Primero actuaron los más pequeños, después lo hicieron dos combinados de jugadores seniors de los tres clubes de la ciudad, y al final les llegó el turno a ellos, a los ex del Caserío. Se dividieron en dos equipos, el azul y el amarillo. El primero lo lideraban César Manrique (actual concejal de Deportes) José Luis González, Jero, Carlos Juan, los hermanos González Madrid y Jordi, entre otros. Enfrente tenían a otro combinado repleto de nombres ilustres como los de Rafael López León, Rojas, Kiko Moncada, Augusto, Quino, Manolo Juan, Fernando García o Miguel Ángel, que contaron con la especial ayuda de Samuel Guerrero y del lesionado Nico, que saltó a la pista (en vaqueros) solo para ejecutar un penalti.
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