Con nervios y sonrisas casi un centenar de niños se dieron cita ayer en el Aulario General de la Universidad de Castilla-La Mancha para participar en la primera prueba de la 55 edición del Concurso Coca-Cola Jóvenes Talentos de Relato Corto.
Estos estudiantes de segundo de ESO, en su mayoría de 13 años de edad, procedían de 16 centros educativos asentados en diez localidades distintas, lo que requiere un esfuerzo logístico para los organizadores, puesto que Ciudad Real es una de las provincias más extensas de España.
El responsable del concurso en Ciudad Real, Toledo y Cáceres, Arturo Villarrubia, explicó a La Tribuna que el desarrollo de este certamen «no sería posible sin la extraordinaria colaboración de los profesores», quienes ayer compartían los nervios con sus alumnos y algunos padres. En cualquier caso reconoce la complejidad «organizar ruta para recoger a todos los chicos a su hora y dejarlos de vuelta en su lugar de origen también a su hora».
Sin embargo, para los pequeños lo relevante son esas dos horas en las que tienen que dar forma a un relato de dos folios de extensión en el que su fuente de inspiración es un pequeña libreta en la que al pasar las hojas se ve una escena de dibujos animados, un personaje hace diferentes movimientos y acaba con un mensaje «en aquel tiempo siempre estaba moviéndome». Villarrubia explicó que el objetivo de este 'estímulo creativo' es que los escritores en ciernes centrasen su relato en el movimiento. Sin embargo, este elemento permaneció en secreto hasta que todos los participantes en el concurso estuvieron sentados en la sala y los acompañantes fuera.
Una vez concluida la prueba y recogidos los relatos, estos se guardan «ya hasta que no esté publicado en el BOE el concurso no se entregan a los jurados», que en esta fase son de ámbito provincial. Al mismo tiempo, este año se ha alterado la mecánica del concurso en el sentido de que ya no habrá un acto provincial de entrega de premios, sino que todos los galardonados se reunirán en Madrid en un jornada en la que visitarán algún centro de ocio y protagonizarán varios encuentros culturales. Los ganadores de cada provincia aspirarán a a ser también los mejores en su comunidad autónoma y a partir de ahí adquirir la condición de finalistas a escala nacional. En cada tramo, los premios incidirán en la formación como escritores de los jóvenes, pero también en el ocio y la cultura.
Son los docentes de Lengua y Literatura Española de los colegios e institutos participantes los que hacen la primera criba entre sus discípulos para seleccionar a aquellos que muestran una mayor capacidad de expresión literaria e intentan estimular su creatividad en los días previos mediante diferentes ejercicios de escritura.
Pedro González, profesor en el colegio Nuestra Señora del Prado de Ciudad Real, comentó que la forma de preparar a los alumnos para esta prueba es «trabajar la redacción y el relato dentro de la clase, pero como parte de la propia asignatura», a lo que se añade el uso de los mismos estímulos creativos que se han dado en ediciones anteriores del certamen.
A su lado, la alumna del centro ciudadrealeño Estíbaliz El-Badaoui, confesaba su gusto por la escritura y por desarrollar géneros como «comedia, drama e historias que te dejen con una sensación de intriga».