En su apuesta constante por la innovación, SEAT ha invertido más de 30 millones de euros durante los últimos años para crear el centro de pruebas de motores más avanzado del sur de Europa. Las instalaciones se componen de nueve bancos multienergía, que permiten realizar diferentes tipos de pruebas con el objetivo de garantizar que cumplen con los requisitos de calidad, emisiones, CO2, prestaciones y durabilidad comprometidas durante todo su ciclo de vida.
La inversión ha dado lugar a un centro con capacidad para realizar 14.300 pruebas de motores cada año, desde un estadio temprano de su desarrollo, hasta las pruebas que se requerirán para su homologación posteriormente. Completan estas instalaciones una cámara climática, capaz de simular unas condiciones de conducción extremas, entre -40 y +65 grados de temperatura y hasta 5.000 metros de altura, y una torre automatizada con capacidad para 27 vehículos, que los mantiene a una temperatura estable de 23 grados para garantizar que se encuentran en un estado óptimo para hacerles las pruebas.
En este Centro de Desarrollo de Motores trabajan 200 personas en tres turnos, seis días a la semana, que realizan pruebas que permiten validar nuevos proyectos para las distintas marcas que componen el grupo Volkswagen.
Un centro pionero en el sur de europa - Foto: daniaznarLas instalaciones se componen de nueve bancos de motores, en los que se ponen a prueba sus capacidades y se calibran en función del tipo de vehículo en el que se vaya a montar ese propulsor. Así, durante la fase de desarrollo, se ajustan aspectos como la inyección, la admisión de combustible o la potencia, y se hacen simulaciones de conducción extrema que permiten ver la respuesta de los motores en situaciones extraordinarias.
Además, cuenta con un laboratorio de emisiones que realiza más de 80 tipos de pruebas diferentes a cada vehículo, como fase previa a su validación y en función de los exigentes requisitos de homologación que establecen las distintas normativas.
El centro de motores cuenta también con tres bancos para realizar pruebas de durabilidad, en el que prototipos y vehículos hacen hasta 200.000 km sobre los rodillos, y sin pausas, mientras se analizan las prestaciones del motor en todo momento. Además, Seat ha instalado un sistema que recupera la energía que generan esos rodillos y la devuelve en forma de electricidad para su posterior consumo.
Una de las instalaciones más singulares es la cámara climática, que consigue simular en temperatura y presión climas extremos, pasando de condiciones de las montañas del Cáucaso a las del Valle de la Muerte californiano, en cuestión de horas. De este modo, la cámara permite probar el rendimiento de los motores y simular la conducción, asistida por robots, en condiciones extremas. Con estas simulaciones, se puede analizar cómo responden vehículos con diferentes motorizaciones para garantizar las prestaciones de los coches que acabarán llegando a los clientes.
Además, Seat también ha comenzado a construir en Martorell el futuro Test Center Energy (TCE), el nuevo laboratorio de baterías de la automovilística. En el nuevo centro, que ha supuesto una inversión de más de 7 millones de euros, se desarrollarán y probarán diversos sistemas de energía destinados a vehículos eléctricos e híbridos. La construcción del TCE está incluida en el plan de inversiones de 5.000 millones de euros anunciado por la compañía, y está previsto que esté finalizado en abril de 2021.