Cuesta reconocerlo con peluca afrancesada, maquillaje de polvos blancos y los ropajes que para la ocasión ha creado Maite Onetti para vestir al Lindo don Diego. Pero sí, bajo todo esto se esconde una cara conocida, Edu Soto -El Neng, Mortadelo...- que este año se estrena en un papel clásico y en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, que reconoce no haber visitado jamás, pero al que le tiene ganas, dice, por lo que le han contado.
Se estrena en Almagro por la puerta grande, con la Compañía Nacional de Teatro Clásico y en calidad de protagonista. ¿Qué destacaría de este Lindo don Diego?
Que no te deja indiferente, porque es una obra clásica pero con muchos ingredientes contemporáneos. A diferencia de otros textos el verso es muy fácil de entender, o al menos eso nos han dicho los que ya la han visto. Además, no hay que olvidar que es una comedia estupenda, muy amena y divertida de hacer y ver. Muchas veces los textos clásicos se asocian a montajes muy densos, pero no es el caso de lo que proponen Moreto y Carlos Alfaro.
Habla de un Moreto muy actual. ¿Qué temas de hoy trata?
Para mi el tema principal es el de la huida a otro mundo de la que se vale Don Diego para sobrevivir a la realidad. Este personaje se monta un mundo de plástico, un universo estético y fuera de todo, en el que vive y del que todo el mundo le quiere sacar. Creo que esto nos ha pasado a todos alguna vez. Hombre, no como a don Diego, porque lo suyo está pasado de sal y pimienta, (puntualiza). Pero sí en menor medida. Es un personaje muy extravagante, que hace mucha gracia y que tras tanta fantasía y locura esconde a un tipo que sufre.
¿Cómo llega este proyecto de la Compañía Nacional de Teatro Clásico a Edu Soto, que jamás trabajó en clásico?
Me llamó Carlos Alfaro para este papel, que por cierto me coincidía en fechas con otras historia mía que estaba terminando en Barcelona. Para mi fue un sorpresón. Primero, porque me ofrecían un texto clásico. Y segundo, porque el que me lo estaba ofreciendo era Carlos Alfaro, que para mí es uno de los mejores directores que hay ahora mismo en este país. Y encima formando parte de un reparto lleno de actores estupendos. Creo que con este llamamiento se rompe un poco esa barrera que siempre ha habido y que impedía que los actores pudieran entrar en la Compañía Nacional, que parecía solo apta para eruditos. Esto demuestra que el teatro clásico está al alcance de todos y la prueba de ello está en esta obra en la que hay un reparto muy atípico, en el que comparten escenario actores muy conocidos a nivel televisivo con otros solo de teatro. Por todo eso, yo se lo agradeceré eternamente. Con este montaje se ha roto una lanza en favor de que el teatro es para todos. (Más información en la edición impresa)